- A diferencia de Riglos, los Mallos de Agüero son menos espectaculares aunque ofrecen una magia similar. Por lo que respecta a la escalada, siempre han estado eclipsados por sus anfitriones, y salvo unas pocas vías pioneras de la época, poco interés suscitaron hasta bien entrados los años 90. Un asalto por los escaladores franceses inició una nueva etapa, descubriendo una buena parte de los trazados más significativos. Con la exploración y el repentino auge de las vertientes de Peña Rueba, Agüero quedó prácticamente fuera de órbita, y solo unos cuantos románticos continuaron abriendo itinerarios cada vez más extremos y algunos más asequibles. Hoy por hoy el principal panorama está bastante amortizado, aunque de seguro aparecerán nuevos trazados cuando la necesidad apriete. A continuación aparecen reseñadas gran parte de sus vías modernas, donde salta a la vista la aventura como denominador común, y unos aperturistas casi siempre asiduos a la causa.