ESCALADAS CLASICAS AL MONTSANT


La Morera de Montsant

- Desde la carretera que conduce al romántico pueblo de la Morera de Montsant, el envidiable panorama ofrece todo un recreo para la óptica del escalador y del visitante, cuya naturaleza ha hecho posible la aventura para ambos. Un curioso entramado de caminos que parten del pueblo hacia la montaña, presentan unos pintorescos pasajes denominados "graus" (escalones), capaces de sortear la muralla aprovechando las debilidades del terreno, llegando en ocasiones al uso de peldaños artificiales u otros artilugios para tal efecto. La perfecta combinación del paisaje con estos populares itinerarios, es desde hace ya varias décadas el principal reclamo de este balcón del Priorat, comarca vinícola por excelencia cuya calidad de sus vinos es sobradamente conocida en el mundo entero. Recorrer estas singulares arterias es dar rienda suelta a la imaginación mediante una dosis de verticalidad, que contrasta con la monótona suavidad cimera que invita a visitar sus puntos culminantes, principales objetivos excursionistas de la comarca.
En circunstancias normales, la escalada por estos lares tendría que ser todo un paraíso, pero un contagioso secretismo ó afán de coto privado ha prevalecido para proteger la zona de una posible frecuentación. Los primeros escaladores, con la estrategia de abandonar tacos o clavos de la época en las entradas más lógicas y omitir toda información para desorientar al personal, fueron los principales responsables del misterio que arrastran sus paredes. Años más tarde, con la llegada de la escalada deportiva y su casual proximidad con la célebre escuela de Siurana, dio pié a comprobar las reales posibilidades del conglomerado del Montsant, cualificado de mediocre según las malas lenguas. En vista de la clara verticualidad del terreno, la actuación anónima proliferó rápidamente vistiendo de parabolts muchos sectores, mientras las autoridades del pueblo prohibieron la difusión del fenómeno hasta que no hubiera la infraestructura adecuada para controlar la avalancha. Lo más cómico del caso es que en una guía "made in England", aparecieron en exclusiva diversas zonas equipadas de la sierra ante el asombro de los escaladores locales que lo tenían bien callado. Como se puede pretender ocultar algo tan bello, evidente, atractivo y monstruoso como la soleada vertiente del Montsant, cuando es sin lugar a dudas una de las escuelas con más futuro para todo tipo de escaladas. Después de una ardua y penosa tarea de investigación, tenemos por fin la recopilación más actual de los itinerarios de aventura totalmente terminados, situados a tiro de la Morera de Montsant, verdaderas joyas de conglomerado  que de seguro merecerán más de una visita. Posiblemente hayan más, pero estas rutas confirmadas son por el momento los indicios para comprender una de las trayectorias más absurdas de la escalada catalana, que por ahora está muy lejos de colapsar el reducido aparcamiento o enturbiar la calma del lugar.




HISTORIA

- Con tanto secretismo ilustrado, ha sido difícil dar en la diana con algunos de los protagonistas de esta curiosa historia, escaladores que manteniendo la tendencia han preferido preservar sus vivencias del conocimiento popular. Una razón muy respetable si no fuera por el caos de vías existentes, un cóctel de intentos frustrados, equipamientos deportivos e itinerarios de aventura, que nadie sabe hasta dónde llegan o si están totalmente terminados.

Las primeras incursiones en esta vertiente se las debemos al veterano excursionista y escalador Josep Mª Jansà, que ya en los lejanos años 50 tuvo el honor de pisar la cima de la Roca de les Onze junto con P. Rius, A. May y R. Adserà, y escalar otras muchas rocas simbólicas de la vertiente septentrional desperdigadas por el rio Montsant. Más tarde, allá por los años 70 y con el apoyo de sus hijos, realizó un atrevido intento en el arrogante diedro de la pared de la Falconera que no llegó a fraguar dadas las exigencias técnicas y el limitado material de que disponía. Pronto será Josep Mª Toset de Reus el que cogerá la iniciativa motivando a sus compañeros a explorar minuciosamente los trazados más lógicos, dejando siempre constancia de su paso más que de resultados concretos. Otras cordadas como la del célebre Josep Mª Torras y Benjamí Vaqué también sucumbieron a las bellas siluetas como la de la Roca del Xollat y a una encantadora chimenea cercana a la cima de la Roca Corbatera. Acreditados aperturistas como Julia Molero y Xavi Pérez Gil realizaron un llamativo diedro en la pared por donde pasa el camino del Grau de l'Agnet, denominada "Petit Caputxó", y cuyos podridos tacos sirven de referencia para que alguien vuelva a repetir la aventura y nos actualice de que va, porqué la memoria de sus autores no recuerda a estas alturas prácticamente nada.






En uno de mis desplazamientos als Ports pasando eventualmente por la carretera de Falset, tuve mi primera lejana visión de la vertiente sur del Montsant. Llevado por mi inquieto instinto aperturista, pronto aparecí por el acogedor pueblo de la Morera a medianos de los 80 contemplando de cerca el increíble panorama. Sin referencia alguna, la sorpresa fue encontrar en los objetivos más elocuentes la prenda del asiduo Josep Mª Toset, al que por suerte conocí aquel mismo fin de semana. Gracias a sus breves comentarios comprendí el asunto y su ansía por mantener la zona bien protegida de una posible avalancha tal como sucedía en Siurana a escasos kilómetros, llegando al cosmopolita encuentro de fanáticos de todas las banderas. Fue muy difícil arrancarle información concreta sobre los itinerarios existentes así que tuve que desvelar el misterio palmo a palmo, estimulando a unos pocos como Jordi Verdaguer y Mika Durán que afortunadamente sintonizaron con la historia. Diez años más tarde (95) volví para comprobar que todo seguía igual, sólo algún que otro modesto bordillo equipado asomaba al pie de los senderos más transitados y algún antiguo proyecto felizmente terminado por los escaladores locales, Jordi Coll, Anton Morales, Jordi Padrell, Anton Queralt y su promotor Josep Mª Toset. Fue el momento de atacar una serie de líneas vírgenes muy escandalosas : Scala Dei, Tedeum, Pantocrator, Supernova y Nosferatu, junto con Remi Brescó, Ernest Noguera, Ricard Darder y Anton Fontdevila, aprovechando la ocasión para publicar la colecta de las rutas conocidas hasta el momento. Una vez desvelado el secreto, sólo unos pocos clásicos románticos como Jordi Artigas, Ignasi Manzanares o Eduard García Palma aparecieron dejando su huella, así como una minoría de curiosos por conocer la zona. Después de todo esto, han sido nada más y nada menos que escaladores de la talla de Carles Brascó, Joan Olivé, David Brascó, "Ajipi", "Muna" o "Yosu" los que han tirado de veta realizando por abajo unas potentes rutas totalmente inéditas hasta el momento. Qué será que todos aquellos que han acariciado la roca del Montsant pretendan encubrir unas caóticas paredes de altura modesta, regular acceso y misteriosa apariencia. Quizás la respuesta está en la combinación de estos factores con el indiscutible potencial de la sierra, una escuela con las mejores prespectivas de futuro mientras existan escaladores con ilusión, voluntad y ganas de aventura.






ESCALADA

- La roca del Montsant posee unas cualidades excepcionales que distan claramente del conglomerado habitual del resto de escuelas. Su peculiar morfología contempla un predominio total de agujeros en los muros que ofrece múltiples posibilidades para progresar o asegurarse en libre. Cuanto más vertical o desplomado es el terreno, más afortunados son los agujeros que generalmente poseen la profundidad necesaria para colocar todo tipo de Friends, Camalots, Aliens o sucedáneos. Si en la práctica del artificial resulta todo un "buffet libre" para la imaginación, no lo es menos para la escalada libre alternando los agujeros con los salientes, una grata combinación de fuerza y equilibrio. No menos interesantes encontraremos las fisuras, generalmente muy francas, donde la utilización de fisureros y Friends es igual de óptima que en los generosos muros con agujeros. De todas formas no siempre es oro todo lo que reluce y del excelente al mediocre solo va un paso, observando la tonalidad de la roca juzgaremos en tal caso. En cuanto a los equipamientos de las rutas de aventura, van en relación con la destreza de sus autores y la naturaleza del terreno, destacando la escasez de chapas por regla general, excepto en las vías totalmente equipadas que son pocas. Resaltar la existencia de primeros largos de corte deportivo en muchos sectores, que no debemos confundir con los itinerarios reseñados en este Blog. Existen algunas chimeneas francamente interesantes para practicar la técnica de oposición en toda su extensión, cuya roca suele ser excelente gracias al continuo trabajo del agua en toda su dimensión como en la bonita vía Ramonage. La protección en estos casos se limita a las escasas fisuras que aparecen en las paredes interiores y los típicos agujeros. Normalmente estos itinerarios terminan en una aguja separada por lo que hay que saltar posteriormente desde su cima a la vertiente principal sobre un vacio considerable. Para las rutas de artificial son especialmente útiles las cuñas de madera de todas dimensiones para falcar los pitones en los agujeros, los cordinos para instalar en puentes de roca y los ganchos de todo tipo. Dadas las inmejorables posibilidades del terreno vale la pena reservarse los plomos como último recurso. Un juego de fisureros tipo Hexéntric con cordino son de gran utilidad para colocar en muchos agujeros interiormente más grandes. Los Friends medianos de cable (o similares) son sin duda alguna los amos del terreno y el arma imprescindible para todo tipo de itinerarios.
La mejor época para escalar en estas paredes es en días serenos y soleados de invierno sin viento. En primavera y otoño la temperatura es más benévola pero el viento a veces más insistente por su cercanía a la cuenca del río Ebro. Llevar agua y abrigo en todos los casos. Descartar los meses veraniegos por su implacable insolación y altas temperaturas salvo muy avanzada la tarde.
En general las aproximaciones son bastante cómodas (unos 30 min) excepto para los itinerarios más orientales, donde hay que improvisar el trazo saliendo del camino principal y con la ayuda de algunos hitos. Recordar qué existe una regulación vigente sobre la nidificación qué hay que respetar para bien de todos.





APROXIMACIONES Y DESCENSOS

- Para la Agulla del Salt y el Sector Grallera hay que coger el camino bien marcado de parte desde lo alto del pueblo de la Morera en dirección al Grau de la Grallera, y una vez alcanzada la pared atravesar hacia la característica Agulla del Salt (unos 40 min). El descenso es evidente en todos los casos, dirigirse con tendencia al E por trazos de senderos y bajar al torrente por donde transcurre el camino principal qué hemos utilizado a la subida.
- Para llegar a la Falconera lo corriente es coger el camino del Grau dels Barrots, aunque para las vías de la izquierda también se puede acceder desde el Grau de l'Agnet atravesando a nivel de la pared. En el primer caso, el popular camino del Grau dels Barrots gana inteligentemente el zócalo para situarse justo al pie de la vía Nosferatu en poco más de 30 min. Atravesando a la izquierda pronto se alcanza el zócalo real de la Falconera donde hay que trepar (II/III) por lo más evidente hasta el pie de la vías, sobre una cornisa característica (40 min). El descenso se puede efectuar tanto por la izquierda (Grau de l'Agnet) como por la derecha (Grau dels Barrots) dependiendo del itinerario realizado en cuestión.
- Para la Roca de les Onze se utiliza el camino del Grau dels Barrots hasta encontrar un primer desvío a mano derecha (Carrasclet) que cogeremos en dirección al pie de la vía Scala Dei (unos 25 min).  El descenso de esta aguja se realiza mediante un rápel de 40 m. por el lado que mira a la Falconera (W), para alcanzar el camino dels Barrots cerca del singular Balcó del Priorat.
- Para el sector de la Roca del Xollat hay que coger el camino que lleva al Grau del Carabassal, y una vez pasados unos grandes bloques muy característicos, improvisar por la cuesta más evidente hasta el pie de la pared (unos 45 min). Este camino sale de la carretera justo antes del desvío que va a Scala Dei (señalizado Carabassal). El descenso desde la cima se efectúa mediante un rápel de 45 m al collado, dónde seguidamente tendremos qué escalar una evidente chimenea situada en la pared principal (IIIº) que conduce a la cima dónde encontraremos los suaves relieves de la montaña. Caminando con tendencia al W localizaremos al poco rato el camino del Grau dels Barrots para bajar al pueblo.
- Para la Proa se sigue el camino que conduce al Grau del Carabassal hasta situarse aproximadamente en la vertical del objetivo, punto donde será interesante localizar un hito que señala el trazo utilizado para solventar la pendiente. La subida termina bajo un primer zócalo que es necesario sortear por la derecha para alcanzar definitivamente el espolón donde empieza la vía Pantocrator (calcular unos 50 min). El descenso se puede realizar a pie hacia el oeste (Grau dels Barrots) o bien rapelando al pie de pared tal como se indica en el croquis, primero por la vía Supernova y luego por la Pantocrator.



                                                  RESEÑAS DE LAS VÍAS CLÁSICAS


                                                             (Terreno de Aventura)








































































                                                                                                        Textos y dibujos: Armand Ballart