ESCALADAS INSÓLITAS i/o de coleccionista


- En esta extensa entrada aparecen un buen número de paredes, rocas y agujas singulares, donde la escalada, además, es la escusa para conocer unos lugares mágicos y maravillosos, casi siempre apartados de la moda y la civilización. Si existen las escaladas de coleccionista, éstas son algunas de ellas. Disfrutadlas y sobretodo respetarlas para futuras generaciones de románticos escaladores.




- Como principal reclamo para el escalador, la zona de Candanchú cuenta con un buen ejemplar de coleccionista que no podemos omitir: la Zapatilla. Su peculiar forma estimula a subirse a su "puntera" aunque solo sea para disfrutar de una magnífica panorámica. Para ello, existe una vía ferrata montada a tal efecto, que resulta una de las actividades claves durante el periodo estival, solicitada a diario por todo tipo de personal. Quizás por ello, su escalada no se ha promovido nunca y su relativo interés ha pasado desapercibido. La vía Pantufla no es nada del otro mundo, pero invita a recorrer la enorme "suela" de la forma más natural, sin necesidad de domesticar el terreno como algunos quisieran. Unos pocos parabolts sirven para proteger los pasos más difíciles, sortear un corto tramo de artificial, y señalizar la mayor parte de las reuniones donde solo encontraremos un anclaje fijo. En general, la tónica dominante son las placas tumbadas con canalizos, cuya ambigüedad exige navegar con el rumbo preciso para encontrar el relevo. En caso de "naufragar", existe la posibilidad de "chapar" los parabolts que proliferan más a la izquierda, pero será otra película diferente. Para llegar al inicio habrá que remontar por las pistas hasta alcanzar el marcado "Tubo de la Zapatilla", donde empieza la vía ferrata que transcurre entre el gran pedestal y la Zapatilla en cuestión (calcular 1,30h). En lo alto de la pared enlazaremos con el final del invento. Para la bajada continua existiendo una ferrata que lleva por el E hacia las pistas de esquí y de nuevo al parking (1,30h). Mucha atención con la caída de piedras.



- La vía Arc-en-ciel ofrece una escalada poco corriente lo que le otorga un atractivo muy especial. Se trata de una enorme pendiente calcárea situada en un paraje sensacional, donde se suceden los pasajes en adherencia a lo largo de sus monolíticos 300 m, hasta enlazar con el itinerario más solicitado que supera el Pic des Coutchets: la vía A Quim le Berbère. Una vez en ésta, podemos continuar escalando hasta la cumbre (prever un largo i entretenido descenso), o bien rapelar hasta el suelo sirviéndose de sus relevos. De la Arc-en-ciel es posible bajar con cuerdas de 60 m, pero cuanto más arriba más complicada resultará la maniobra por su exagerada inclinación. La vía en cuestión, resigue las fisuras del arco donde entran seguros flotantes puntualmente, salvo en los tramos donde menguan las posibilidades, localizando algún que otro parabolt de consolación. La vía fue abierta en un solo ataque, pues la idea original era continuar hasta la cima por la derecha de la clásica. Pero un cambio muy brusco del terreno por encima de la R5, llevó a concluir el trazado (existe un largo más abierto), por su nefasta roca estratificada muy difícil de asegurar. En definitiva, una escalada verdaderamente insólita, que sin llegar a una dificultad excesiva, hay que escalarla con los cinco sentidos, y con buen tiempo, lo principal del evento.




- La Sierra Serrella ofrece un considerable conjunto rocoso bien visible desde el frecuentado punto de Guadalest. La Foradada del Castellet en cuestión, queda situada justo al N-W del visitado castillo que se alza cerca de la localidad de Castell de Castells. Para aproximarse tenemos dos opciones: desde la calzada que sube a dicho castillo (después tendremos que bajar), o bien desde el área recreativa del pueblo cogiendo un camino PR que sube hacia el castillo, desviándonos al poco por un sendero antiguo que salva directamente la vertiente hasta llegar al lomo principal. Desde aquí ya se observa la pared, y tan solo quedará atravesar un antipático pinar arrasado por un incendio (calcular de 45 min a 1h en ambos casos). Descenso evidente a pie por detrás hacia una pista. La vía no tiene desperdicio; roca muy buena prácticamente desequipada, con un trazado de fantasía tal como muestra la fotografía. Dedicada en recuerdo a Andreu Sorolla, destacado escalador de Sabadell en la época de los 50, al que le debemos muchas escaladas imprescindibles, sobre todo en el ámbito montserratino.




- Circulando de Polop hacia Guadalest, se observa un considerable contingente de paredes situadas a la izquierda de la carretera, que representan los contrafuertes de la cima principal de la Sierra de Aitana. Prácticamente al final de la cuesta llegando a Guadalest, se aprecia una muralla con un vistoso diedro situado en el margen de la pared, se trata del Diedro Kaiser, uno de tantos trazados que se adivinan al pie de la extensa vertiente calcárea. Una buena pista que lleva al collado del Contador, será la entrada para desviarse al poco hacia el objetivo en cuestión. La escalada ofrece una aventura prácticamente desequipada, de cómodo acceso, y donde habrá que dominar ampliamente la técnica de diedro para solventar dos peleones largos con roca buena en general. Descenso mediante 2 rápeles por el mismo itinerario. Orientación E ideal para sortear los días calurosos por la tarde.




- Si existe algo realmente insólito, la Picorra del Racó se lleva la palma por sus cuatro costados. Su esbelta silueta posee tal grado de seducción, que a pesar de su nefasta consistencia invita a escalarla tan solo verla. La aventura no es nada fácil, hay que echarle una buena dosis de valor, y prescindir totalmente de caerse en todo momento. Si bien el primer largo no presenta ningún misterio en especial, para lo siguiente no se puede titubear, hay que concentrarse al máximo y no fallar. Se trata de un tramo corto y muy vertical donde no existe manera humana de protegerse, cuyo desenlace exige intimar con una serie de grandes bolos dispuestos aleatoriamente, para seguir avanzando con suma cautela procurando la mínima tracción por si acaso se despegan. Una vez digerida esta angustiosa tirada, el resto ya no tiene más morbo, pues habremos aprendido suficientemente la lección para resolver el objetivo. Alcanzar la cima de esta remota aguja representa además, retroceder a los años 60 para comprobar la calidad del personal de aquella época, y el gran mérito de escalarla con un material más que precario. Posiblemente sea uno de los ejemplos pioneros más evidentes de valor y audacia de entre toda la geografía catalana, por su concepción y riesgo. Por estas características, la Picorra del Racó siempre será un codiciado trofeo de coleccionista, visitado muy de tanto en tanto, pero lo suficiente para tener que reemplazar cada vez los cordinos dispuestos para rapelar.




- Si bien la vía pionera abierta por Kildo Carreté y Toni Nienman supera la evidente arista sur, esta vía Original descubre un trazado algo más asequible aunque obligado. La roca aparece discreta en algún tramo y las protecciones son escasas, hay que escalar. Se accede por el valle de Serradell (carretera de la Pobla de Segur dirección a Senterada), y una vez pasado el pueblo se continúa por una pista y pronto se divisa la aguja a mano derecha. Aproximación subiendo por el torrente principal o improvisando por el valle, hasta alcanzar el zócalo de la aguja por la izquierda (W) y atravesarlo hacia el pie de la arista sur (calcular unos 40 min). Descenso mediante dos rapeles por la cara S-E (50+60m). Existe un buen video en internet donde podemos hacernos una idea exacta de esta escalada y su magnífico entorno.




- Si bien existen diversas paredes graníticas en el termino del Pas de la Casa, el Pic de l'Esquella posiblemente sea el objetivo más destacado del repertorio al quedar bien visible desde este rincón andorrano, más conocido por su estación de esquí de pista. Al fondo del valle, la pared de l'Esquella ofrece varias alternativas interesantes, siendo la vía Jordi Anglès uno de los trazados más elocuentes de la vertiente W. La escalada arranca por un marcado diedro que conduce al centro del escenario, para continuar enlazando fisuras y cortos diedros hasta alcanzar la cima. La roca es buena en conjunto con muchas posibilidades de autoprotección, aunque puede ser interesante llevar algunos pitones por si no entran los seguros flotantes. Anotar que en algún momento, y sobre todo al final de la vía, aparecen paraboles del itinerario vecino que sube por la derecha, abierto con anterioridad, los cuales poco nos servirán como protección. Prever 1h de aproximación subiendo por el margen derecho, y descenso evidente a pie por el sur hasta enlazar con el trayecto de subida.





- El Gra de Fajol Gran no es precisamente una tentación a ojos de un escalador fanático, pero tiene aquella retirada romántica que invita a escalarlo aunque sea por solo una vez en la vida. Tal fue la ocasión, que con Joan Armengol fuimos a repetir una vía para conocer el lugar, y en el mismo día abrimos otra al lado mismo aprovechando la visita estival. La vía del Cinquantenari aprovecha un elocuente y más que asequible trazado a la derecha de la vía Ice-Fajol, resultando tres graníticos largos como recompensa tras el inevitable zócalo que hay que salvar por narices para llegar al pie del objetivo. Una aventura típica de Pirineo, aunque con una relativa comodidad al quedar situada cerca del refugio de Ulldeter, y a la bajada disponer de pista libre para volver al vehículo.






- Pese a su extraordinaria línea que salva el frontón más atrevido y salvaje de todo el Roget, esta vía no ha tenido muchos pretendientes que digamos. Se trata de una escalada muy completa en todos los sentidos, donde hay que dominar un grado solvente y ante todo subirse a primeros de los estribos para progresar colocando fisureros artesanalmente. Destaca una cicatriz en el centro del escenario, que se supera en bavaresa muy obligada hasta alcanzar la línea de chapas que conducen al largo más sorprendente y aéreo con diferencia. Itinerario semiequipado con espits y parabolts de 8 m/m con plaqueta pequeña, que aprovecha la accesible entrada de la vecina vía Carnestoltes y un corto tramo antes de la cicatriz, cuando ésta continúa hacia la derecha con parabolts y chapas normales. Si bien nunca será una clásica solicitada, su estupenda línea bien merece un sobresaliente.  




- El torrente de Pareis configura uno de los puntos más mágicos y fantásticos de Mallorca. Si además, le sumamos una pared de casi 300 m al escenario, la escalada se vuelve de lo más singular y exótica como en pocos lugares de la península. La vía Bravura Miura aprovecha la linea más desesperada que ofrece l'Entreforc, y fue abierta en un solo ataque trás fijar 50 m de cuerda en la pared. Sin lugar a dudas en los largos centrales disfrutaremos de los pasajes más emocionantes, haciendo oposición con una oreja que curiosamente cuelga en el vacío y conduce hacia la salida más humana entre los desplomes. Escalada con algún pasaje obligado y expuesto en el primer tercio, donde la roca aparece más erosionada en contraste con el resto del itinerario mucho más monolítico. Atención al descenso, ir sobrados de tiempo porque una vez en la cima hay que atravesar un lapiaz que exige mucha resignación y coraje, tal como torear a un Miura...





- A oriente del conocido Penyagolosa se divisan unas murallas significativas esculpidas por el curso del río Montlleó cercanas al núcleo de Culla. Desde el pueblo el escenario no es visible, hay que cojer una pista asfaltada que pasa al lado del campo de fútbol, desviarse en el primer cruce a la derecha por pista de tierra, y seguidamente tomar a la izquierda por otra que desciende definitivamente hacia el objetivo. Penyacalva en cuestión queda a mano izquierda del barranco y el itinerario pionero va dedicado a Félix el amigo de los animales. Una escalada de aventura con cierto desnivel, que surca lo más asequible de la pared visitando una peculiar cueva en cuyo interior sorprende una pequeña cruz templaria esculpida en la roca. A saber como alcanzaron este punto en tiempos de capa y espada? Si bien esta vía no es ninguna maravilla, la roca, el paisaje y los ingredientes no nos dejarán insatisfechos.





- La Estricnina es una de esas grietas que destacan a lo lejos viniendo desde el valle del río Isábena y solo con verla hay que escalarla. Una chimenea perfecta ideal para eludir el calor y practicar la oposición, que en un momento dado y evitando mayores dificultades, atraviesa por el interior hacia una canal exterior por la que se alcanza la cima de la forma más asequible. En repeticiones posteriores se enderezó el itinerario con un grado más exigente. Roca aceptable en conjunto y equipamiento escaso. Aproximación mediante un largo flanqueo desde el Coll del Vent (párquing), y descenso algo más cómodo atravesando dirección NW hasta alcanzar el collado posterior por donde transcurre un buen sendero que lleva al punto de partida.

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- Como su nombre insinúa, la Tartera Boulevard invita al continuo tránsito excursionista que presenta la arteria principal de la entrañable montaña del Pedraforca. Esta ruta ofrece un pequeño big-wall donde utilizaremos gran parte de las técnicas de gran pared pero a menor escala. Destaca a media altura un offwidth muy característico, que afortunadamente se evita por la izquierda gracias a una fisura paralela mucho más humana y asequible con diferencia. Si en los primeros dos tercios hay que esmerarse montando y pitonandolo todo, la parte final es mucho más rápida y asequible aunque por un terreno más cuarteado comparado con la solidez de sus primeros largos. La vía arranca a pocos metros a la derecha del Avenc dels Escaladors (R0). No confundir con la vía Cerdà-Felicià que sale recto desde la boca de entrada a la sima. Descenso hacia el sur a localizar los puntos verdes de les Costes d'en Dou.





- Stravaganza viene a ser como su nombre indica, la vía más chocante que presenta la cara norte de l'Ordiguer en comparación con sus vecinos itinerarios de corte esencialmente clásico. Dada su exótica configuración, ofrece de entrada una entretenida escalada con algún tramo combinado exigente, hasta ganar las terrazas a mitad del recorrido que dan paso a un terreno más hacedero que conduce al eje principal de la pared. Por un elegante espolón concluye esta extravagante aventura con muy pocas repeticiones, pese a su relativo compromiso y una roca aceptable en los tramos de dificultad, como es habitual en toda la vertiente N de la sierra del Cadí. Dada su antigüedad (año 89), puede ser interesante restaurar los buriles originales y reforzar algunas reuniones para una mayor seguridad. Aproximación desde Estana por el Prat de Cadí (2 h largas). Descenso andando por la canal de l'Ordiguer.





- Estamos ante una de las escaladas más largas y comprometidas que presenta la amplia muralla sur de Canalda. Aún sin repetición, esta ruta ofrece toda la gama de pasajes típicos de la zona, con la singularidad de contar con la mínima expansión y un recorrido en diagonal ascendente que dificulta una eventual retirada. Ya de por sí, la escuela de Canalda posee una maldición que ahuyenta a gran parte del personal, por su escaso equipamiento y escalada particularmente obligada. Sin duda se trata del conglomerado menos frecuentado de Catalunya, pese a su buena calidad y comodidad de acceso, dos factores que a pocos se les escapa de largo. La vía arranca por un desplome al lado mismo de una pequeña construcción situada en el sector izquierdo de la pared. Prever un espitador por si acaso.






- De los dos espolones que presenta el Mallo San Jorge, el de la derecha fue equipado en su día por arriba, resultando este atractivo trazado malogradamente olvidado dada la discreta calidad de su roca. No obstante se trata de una línea bien montada con espits, que cuenta con unos primeros largos poco convincentes pero que a medida que subimos la cosa lentamente prospera. Una vez superado el atractivo diedro que forma una gran entosta, el terreno mejora radicalmente aunque las chapas alejan en ocasiones exigiendo una mayor concentración. Después de la Mitra y el Puro, quizás sea la escalada que configura la trilogía más destacable de Vadiello en cuanto a vías largas se refiere. Acceso evidente desde el chalet del ingeniero, siguiendo la aproximación del Puro y atravesando hasta el pie del espolón. Descenso por la vertiente opuesta mediante una sirga y unas clavijas, que conducen a una senda poco marcada que lleva definitivamente a la canal de bajada hacia el pie de la muralla a la altura del chalet.





- La vía Helios representa una una de las escaladas míticas de Riglos y hasta el momento solo cuenta con un par o tres de repeticiones conocidas. Dada su reputación, en el 2009 se sustituyeron sus pocos buriles por parabolts, para subsanar mínimamente la precariedad del asunto. No por ello a menguado su compromiso y exposición, pero sí la ejecución en libre donde en principio se utilizó el artificial para colocar las expansiones. En cuanto a la roca, al no repetirse, presenta todo el reto que hay que asumir con una buena dosis de experiencia y habilidad para proteger la jugada de la mejor forma. Pese a todo ello, el trazado es magistral, como es habitual en todas las vías de Fernando Cobo abiertas en sus queridos mallos.





- El Pic de Bugarach situado en el macizo de Corbières (sur de Francia), presenta una vertiente W que queda discretamente disimulada en el entramado de valles del Aude, siendo la pared más significativa de toda la región. Una pequeña obra maestra de la escalada surca inteligentemente su muralla oeste desde que en el año 83 G.Garraud y C.Roujas abrieran su vía Directa. Un itinerario poco conocido que nunca ha estado de moda ni se le ha hecho la justicia que se merece. Dificultad mantenida, roca de aceptable a buena y un recorrido que en ningún momento da un respiro, son los ingredientes de una aventura con mayúsculas que de seguro no os dejará indiferentes.




- La imagen no engaña, esta solitaria aguja es realmente estrecha y sus dos vías no os dejarán indiferentes. La roca en algún momento es discreta y muchos hierros no hay. En la cumbre encontrareis un par de parabolts para rapelar por la cara norte. Aproximación: 5 min desde una pista que transcurre justo al lado descendiendo por el valle. Como nota curiosa, los primeros ascensionistas la bajaron sujetando las cuerdas al bosque por un lado y rapelando por el otro como se aprecia en la imagen central.




- Posiblemente es la aguja reina del Matarranya y ya es mucho decir con el gran número de ejemplares existentes solo en la zona del Parrissal. Para llegar a su inicio hay que remontar por el río hasta llegar a la altura de la misma, y trepar por la canal que aparece en la foto de la izquierda. Una vez arriba hay que montarse en la arista principal y destrepar hasta un punto donde será necesario rapelar hasta alcanzar el pie de vía tal como marca la reseña.




- Se trata de una solitaria aguja situada sobre el pantano de Camarasa en la orilla contraria a las paredes del Doll, difícilmente visible desde la carretera. Se accede por pistas desde Santa Linya. Desde el pueblo coger la pista que conduce a la antigua estación de tren y al cabo de poco desviarse por otra que lleva a la ermita de Sant Urbà. Aparcar y continuar por la calzada principal hasta localizar unos hitos que señalan el sendero que conduce a la vía ferrata del Bisbe que nos sirve para bajar hasta la misma vía del ferrocarril. Siguiendo dirección sur y atravesando un largo túnel, pronto encontramos un camino por la izquierda que lleva al pie de la aguja (calcular unos 45 min).








- Los Mallos Herrera y Magdalena son posiblemente las rocas más abandonadas del repertorio de los Mallos Pequeños de Riglos. Pese a que la arista Sur del Herrera ya se había escalado con anterioridad por los veteranos de Huesca, el Mallo Magdalena solo contaba con una vía en su amplia vertiente Sur. La vía Espolón Dormilón supera la columna principal por donde aparece la mejor roca, con solo un tramo destacable por su verticalidad, en el que encontraremos los únicos seguros fijos de todo el itinerario. La vía Guillamón ofrece dos tiradas interesantes, ya que el resto arrampa con ganas hasta la cima. El segundo largo en concreto, exigirá oficio y temple, al auténtico estilo de la zona. Aproximación evidente enlazando las pedreras situadas a la derecha de la ruta circular a los Mallos, justo cuando ésta empieza a remontar en dirección al Mallo Colorado (calcular 30 min). Del Herrera se baja mediante un par de rapeles al collado E, para continuar improvisando en dirección al camino principal (no bajar por la canal de la derecha). Del Magdalena bajar con un par de rapeles tal como indica el dibujo (45+50m).




- También se le atribuye el nombre de Tornillito o falso Tornillo según apreciaciones, pero sin lugar a dudas es la aguja más significativa del Macizo de los Fils situado a la derecha según llegamos a Riglos. Para llegar a sus dominios habrá que coger una pista evidente que sale por la derecha del asfalto dirección a las paredes, y remontar campo a través hasta ganar el pie de vía (30 min). Roca discreta en general salvo el curioso paso de hombros de la foto.




- La Peña Sola es el símbolo indiscutible de Agüero. Esta vía, como insinúa su nombre, ofrece dos partes bien diferenciadas: una primera predominantemente artificial semi-equipada, y una segunda mucho más atractiva en escalada libre, cuyo final destaca por su roca más delicada y con escasa protección. Anotar como lo más obligado y difícil el segundo largo tras salir de la R1 (6a). La ruta cruza la vía Normal en la R2. El descenso se efectúa en tres rapeles utilizando las instalaciones de las reuniones de la V.N.




- Como se aprecia en la imagen, se trata de una enorme pelota de conglomerado aislada en el horizonte de Agüero. Aunque existe una vía Original, en la visita se abrió esta vía por la cara norte por error, ya que no se observó ningún rastro evidente por ningún lado. Escalada artificial desequipada hasta la mitad y libre asequible el resto. Descenso con un rapel de 25 m. Acceso desde la pista que sale del pueblo dirección W, hasta la ladera que lleva a la roca bien visible desde el vehículo (40 min). Roca de discreta a aceptable. Aventura total.




- El genio de Antoni Gaudí tuvo el detalle de dotar a la Sagrada Família de un Cavall Bernat en referencia a la famosa aguja Montserratina. Aunque se supone que la primera ascensión la realizaron sus constructores subidos en andamios, en las fotos damos fe de que se puede escalar desde abajo al estilo clásico. Buena roca y público asegurado. Aproximación: Metro línea 5 y L2. Imprescindible autorización del Patronato.




- Sin duda se trata de la aguja más destacada de toda la zona de Collegats, situada justo al lado de las ruinas del Monasterio de Sant Pere de les Maleses. Para llegar a ella, lo normal será coger el camino bien señalizado que parte desde el aparcamiento de la Font de la Figuera, por la única pista asfaltada que sale a la entrada del pícnic. En poco más de 40 min llegaremos a sus dominios mediante una bonita y relajante excursión, con vistas privilegiadas de las Moles del Pessó. La vía en questión ofrece un L2 exigente, con roca aceptable salvo el último resalte al llegar a la cima. Más tarde se abrió lo que seria la V.N. utilizando la separación de la aguja con la pared principal, alternativa descartada en un principio por la anchura de la chimenea que después resulto bastante humana. Descenso mediante un rapel instalado desde la cima.





- Justo enfrente de la aguja anterior, al otro lado del barranco, aparece esta roca menos sobervia cuya vía original recorre la profunda canal-chimenea que se adivina desde lejos. No obstante, en una segunda visita apareció esta nueva línea cuyo trazado sorprende a cada metro, dadas las posibilidades que ofrecen las debilidades de un terreno agraciado con puentes de roca muy puntuales, pero en el lugar adecuado. Roca buena en conjunto. El tramo clave se concentra en unos pasos de artificial a equipar mediante algunos clavos cortos y un par de plomos (colocados). Descenso en dos rapeles por la canal de la izquierda como marca el croquis.




- Si bien la apariencia de estas paredes nunca a cautivado al personal pese a su cómodo acceso y modesta altura, existe esta aguja en su margen oriental bautizada como Garvalin, que a primera vista no promete nada especial. No obstante, la vía "Super Crack" descubre una fisura de discreta apariencia, pero muy franca y elegante de ejecución, sobretodo en el atlético diedro del segundo largo. Cuenta con una curiosa cueva (R1) obviamente explorada, y una exótica cumbre alicatada de vegetación. Acceso desde Benavent por la pista que atraviesa los sembrados bajo la muralla hasta situarse a la altura del objetivo e improvisar campo a través (20 min). Descenso mediante dos rapeles instalados.




- A partir de una primera exploración por el valle del río Rialb, descubrimos esta sorprendente aguja aislada y separada totalmente del acantilado principal. Con unas dimensiones considerables, pronto pusimos mano a la obra a la que se unió el célebre Josep M.Anglada. El día del evento, con Anglada atacamos la línea más sugerente mientras que Ricard Darder y Robert Fernández se inclinaron por la cara oeste. Como anécdota, cuando estábamos abriendo el último largo, Ricard atravesó por una cornisa y se unió a nosotros para conquistar la virginidad de la pequeña cumbre. Posiblemente sea una de las agujas más significativas en el panorama estatal por sus dimensiones, aunque por defecto, posee una roca bastante discreta sobretodo en su parte inferior. Acceso desde la carretera que va de Ponts hacia Tremp, por un desvío a la derecha que conduce hacia Gavarra por el sur. Una vez paralelos al cauce del Rialb, continuar por una pista principal en dirección norte, hacia Bóixols. Después de varios kms de pista de tierra (recomendable vehículo 4X4) divisaremos perfectamente la aguja a la derecha (también es posible acercarse a pie desde Gavarra por un sendero que lleva al cauce del Rialb como sugiere el dibujo). Aproximación bajando un tramo de río e improvisando hasta el pie del monolito. Descenso con dos rápeles instalados.




- Frente a las conocidas paredes dels Esplovins y al otro lado del pantano de Oliana, aparece un singular oasis de agujas y rocas muy curiosas, cuyo conglomerado nunca a apasionado a casi nadie excepto a unos pocos románticos. Se trata de la zona de les Encantades en la Móra Comdal, explorada en antaño por intrépidos escaladores, entre los que destacaron un grupo del CADE. Esta doble aguja ofrece un arrogante diedro-chimenea muy visible desde lejos, cuya ascensión requiere un buen dominio del terreno y andar sueltos en el Vº grado. Destaca un paso interior sumamente estrecho para llegar a la R1 donde solo hay un espit. Acceso desde la salida N de Oliana por la carretera que lleva a les Anoves, hasta encontrar un desvío a mano derecha que conduce hasta los restos de la Móra Comdal, mediante una pista principal que discurre por el valle hasta la altura del objetivo (25 min).




- Aproximadamente en el centro de la extensa muralla sur de Canalda, aparece esta aguja adosada a la pared, cuya primera escalada significó el primer contacto de escaladores en esta significativa zona del Solsonès. A parte de su itinerario original, existen estas dos opciones abiertas con el mismo criterio que defiende esta escuela: pulcritud y pocas chapas. Por lo tanto hay que escalar con los cinco sentidos y emplearse a fondo, no se regala nada. En la vía nº1 destaca un tramo bastante expuesto en escalada artificial, sin duda el pasaje clave. La vía nº2 es más humana, confluyendo las dos en la pequeña cumbre del Ditet. Aproximación: 10 min. Descenso: rapel de 60 m.




- Les Mones son, por su calibre, las agujas más destacadas del Solsonès. Su conquista fue relativamente moderna debido a su intrínseca situación, camufladas en un bucólico rincón de la serra de Guixers. Las dos vías aquí descritas ofrecen la manera más asequible para ganar sus cumbres sin ningún tipo de filigranas. La roca por lo general es discreta en los tramos fáciles y aceptable en el resto. Los pitones son indispensables para asegurarse convenientemente. Llevar, además, cordinos largos para reforzar los rapeles de bajada. Pocas repeticiones. Acceso según el mapa adjunto, tomando el desvío hacia la Torre de la Corriu, anotando que la pista principal esta prácticamente asfaltada hasta el santuario de Puig Aguilar.





- El Cavall de Guixers presenta una singular formación cuya ascensión exige ponerse a su medida. Tras dos intrigantes tiradas, desde la R3 se observa claramente el problema principal de la escalada: la acusada separación entre las paredes. Un exigente tramo en ramonage muy ancho y con escasas posibilidades de protección, conduce a engancharse finalmente a la aguja para ganar su pequeña cumbre. Roca aceptable en general. Aproximación: 20 mim desde el santuario de Puig Aguilar. Descenso mediante un par de rapeles instalados. Se desconocen repeticiones. Un buen trofeo sin lugar a dudas.




- La Xemeneia de Guixers destaca como la grieta principal del Cingle de Sant Llobre, a la izquierda de las características agujas denominadas "les Mones". Si bien se trata de una buena chimenea en cuestión, para alcanzarla hay el reto añadido de superar un exótico primer largo curiosamente colmado por las raíces de una frondosa higuera, que sirven para sujetarse y progresar cuidadosamente hasta el pie del objetivo. De seguro que el tercer largo resulte el más bonito y exigente, donde hay que dar la talla para salir de la chimenea y escalar el muro más interesante del itinerario. En definitiva, una escalada del todo variada que a pesar de su modesto desnivel, otorga una completa aventura para pasar una entretenida e intensa jornada sin ir más lejos.




- La vía Elemental aprovecha la sucesión más asequible de los muros situados a la derecha de la característica Xemeneia de Guixers. Se trata de tres tiradas con los seguros justos y necesarios para reseguir una escalada especialmente sinuosa sobre buena roca, y con una dificultad concentrada en un segundo largo donde habrá que emplearse a fondo para llegar al árbol de la R2. A partir de éste se flanquea por terreno fácil hacia la derecha para alcanzar lo más evidente pero con escasas posibilidades de protección. A la salida se recomienda subir un poco y atravesar hacia la izquierda por el borde de la muralla (W), para localizar los dos rapeles de la vía Diadema (60+50m) situados bajo un techo característico.




- En el Montsant existen multitud de rocas y agujas muy singulares diseminadas por todo su perímetro. La Bitlla es posiblemente un mágico ejemplar fuera de lo corriente, por su curiosa formación en bloques de tamaños muy considerables (unos 25 m de altura). Según cuentan, fue escalada por vez primera por miembros del Centro Excursionista de Catalunya, siguiendo la lógica desde el collado aprovechando una breve fisura que gana el primer piso del gran bloque. A partir de aquí, se rodea el escenario para encontrar las debilidades de los dos últimos resaltes. Roca buena en conjunto. Descenso mediante un rapel por la cara N. Aproximación desde la Morera de Montsant por el Grau de la Grallera i descendiendo por el barranco del Bidobar (1,30 h aprox). Solo la excursión ya merece el viaje.




- En el margen izquierdo del río Montsant bajando hacia Margalef, aparece este solitario monolito cuya primera escalada no se efectuó hasta el año 87 gracias a la insistencia del hombre que seguro ha escalado más rocas y agujas: Josep Barberà. La vía In Memoriam va dedicada a Josep Iglésies y Joaquim Santasusagna de Reus, precursores significativos del excursionismo catalàn. La ruta en cuestión, aprovecha un arrogante diedro que recorta la cara N, ofreciendo una escalada franca y bonita de ejecución, sobre roca de calidad. Acceso desde Margalef por la pista que sube hacia el pantano, para continuar por el camino que lleva hacia Ulldemolins. Una vez cruzado un puente colgante, pronto divisamos la aguja sobre la ladera de la derecha (calcular 1h).




- De formas endemoniadas se puede calificar esta caprichosa aguja situada a oriente de las conocidas Roques del Masmut (ver mapa), cuya cumbre principal se accede directamente por detrás del collado y escalando los últimos 25 m de la vía integral Pere Botero, la opción más larga para desvelar todos los secretos de la roca. Una ascensión extraña pese a seguir la lógica, sobre un terreno de fusión de calidad aceptable. Acceso directo desde el aparcamiento del Masmut, improvisando por la ladera en dirección E hasta divisar el objetivo en el último momento. También se puede llegar por el Mas de Peret dando algo de rodeo pero con mejor camino y mejores vistas de la roca. Un lugar mágico. 




- Els Mollons es otro mágico oasis de conglomerado excelente apartado de la civilización, donde aparecen abiertas las líneas más elocuentes gracias a la insistencia de Joan Tirón, difusor y promotor indiscutible de la zona. La vía reseñada seguramente fue un olvido del anfitrión, que con antelación había abierto la arista S y rapelado por esta ruta considerada posteriormente como la vía normal del Molló de l'Agulla. Escalada de corte clásico con los seguros justos y necesarios, que lleva a una de las cimas más significativas de todo el conjunto. Un lugar mágico con mayúsculas.




- El Morrón de los Morrones es una roca muy peculiar escondida en la Sierra de la Garrocha a poniente del pueblo de Cuevas de Cañart. Pese a su modesta altura, cuenta con unas líneas muy arrogantes que claramente se adivinan desde su cómodo acceso. En la visita pudimos abrir las dos fisuras más marcadas, básicamente chimeneas, sin necesidad de montar nada especial salvo los rápeles de bajada. La roca no es nada del otro mundo, conglomerado tipo Riglos de calidad aceptable. Lo mejor de todo es el lugar, un punto aislado en la galaxia del Maestrazgo más profundo, lejos del asfalto.




- No hace falta promocionar al Órgano de Montoro, pues casi todos sabemos de su belleza e innegable interés escalatorio, cuando sin falta aparece en todos los fasciculos dedicados a las maravillas de España. De la treintena de itinerarios dispersados por sus característicos pliegues, hay uno que alcanza la roca más solitaria: el Cavall Bernat. Su denominación va en consonancia con el club de rocas que el folklore ha popularizado en los países catalanes, y que durante largo tiempo tuvo un alma muy vinculada a ellas: Josep Barberà. Así pues, se trata de un preciado trofeo de coleccionista, cuya escalada requiere de técnica para alcanzar su pequeña cima. 




- La casualidad de tener unos conocidos en Calomarde, promovió la visita a esta destacada aguja cercana al pueblo, y que según los lugareños no se había escalado antes. La sorpresa fue encontrar equipados los dos primeros largos en plan deportivo, lo cual aprovechamos para concluir la aventura en plan tradicional. En la cima no encontramos ningún rastro humano, y fue necesario montar un rápel para bajar. En definitiva, una escalada con un largo entretenido que destaca claramente del resto. Roca buena y acceso inmediato desde el vehículo.




- La espalda norte del Montsec ofrece lugares inhóspitos que contrastan claramente con su vertiente sur mucho más abierta y humanizada. La pared de la Cova dels Bastons se sitúa en uno de éstos y su acceso se efectúa estratégicamente bajando en rapeles al no existir un camino factible que lleve al pie del objetivo. Lo extraño y misterioso del caso, es que en el interior de una cueva situada al pie de vía encontramos una colección de viejos bastones curiosamente elaborados, que delatan antiguas vivencias en este recóndito y camuflado paraje. La escalada aprovecha una descarada fisura que raya prácticamente toda la pared, salvo la entrada donde hay que negociar con calma un muro y llegar al desplome del L2 donde nace la fisura en cuestión. Escalada poco equipada con tramos en roca mediocre. Aventura total.





- Esta insólita aguja apoyada en el flanco oeste de la Peña Montañesa solo se distingue claramente observándola desde las inmediaciones de Lafortunada transitando hacia Aínsa, cuya visión lateral revela el hueco existente entre las dos y sus proporciones. Unas dimensiones que en la realidad van más allá de nuestras previsiones y lo que parece una chimenea más bien ancha, resulta un pasadizo por donde puede pasar "el Canfranero". Si bien esta roca ya había sido intentada en antaño subiendo por la canal sur, los autores de la primera entran por el norte y tras atravesar por el interior, rodean el objetivo y atacan las únicas fisuras existentes en exterior de la gran aguja. Curiosa ascensión donde cada largo es un mundo aparte y su cima todo un regalo del Sobrarbe. Roca de buena a excelente. Descenso en rapeles por la misma vía, prever un espitador o similar para reforzar las instalaciones. Aproximación desde las antenas características cerca de la pista de la Collada (2h largas).




- La línea más arrogante que presenta la cara NW de la Peña Montañesa es sin duda alguna el Diedro Sade. Una escalada que sin parecer nada del otro mundo, entraña unas dificultades que dan honor a su nombre y hasta la fecha no se le conocen muchas repeticiones. El trazado resigue lo más evidente y la roca no es mala, pero casi siempre la orientación de los agarres sirve de poco. Todo ello añadido al escaso equipamiento y una dificultad cada vez mayor según avanzamos, nos lleva bajo una monumental cueva que nos cierra seriamente el paso a la chimenea final. Una papeleta que se soluciona de manera acrobática añadiendo algún que otro clavo, para entrar en la agónica salida y alcanzar un paisaje relajante sazonado de edelweiss. Con suerte a estas alturas quizás encontremos algunas instalaciones de abandono útiles para montar reunión. Realmente se puede considerar como la escalada de un barranco vertical por la particular formación del trazado. Acceso desde Ceresa, aproximación desde la Collada (45 min) y descenso por la pedrera de ascensión a la cumbre principal (1,30 h).




- Un año después de la apertura del Diedro Sade, volvimos con la sana intención de acertar otra línea situada más a la izquierda, con un aspecto más humano, y sobre todo exterior. Se trata de una generosa pilastra de roca aceptable en conjunto, donde se suceden todo tipo de pasajes sin llegar a la verticalidad absoluta. Escalada prácticamente desequipada, la cual se puede proteger perfectamente con material flotante incluso las reuniones. Una buena opción para conocer la vertiente menos soleada de la Peña Montañesa -ideal para el verano- consiguiendo la cumbre principal de forma sorprendente y rápìda, según el don alpinístico de cada uno. Podríamos etiquetarla como una gran clásica abierta en el 2000, aunque remotamente lo será, por su carácter aventurero y ausencia total de paraboles.





- Camuflado en un bello barranco castellonense el Salt del Cavall presenta un considerable precipicio, de cuyo cauce emerge una exuberante vegetación autóctona que invade todo el terreno hasta topar con la verticalidad. Nunca ha sido un lugar frecuentado por escaladores dada la fama de Montanejos como el punto neurálgico de toda la provincia, pero en caso de curiosidad, el Diedre Màgic ofrece todos los requisitos necesarios para salir satisfechos de una visita al congosto. Escalada poco equipada en conjunto, roca buena en general y unas buenas fisuras por reseguir, configuran uno de los trazados más definidos y asequibles del lugar. Acceso por la carretera que conduce de Lucena del Cid dirección a Argelita, donde en un punto dado cruzamos el barranco con sus paredes visibles al sur. Descender por el cauce y atacar el objetivo por la orilla derecha. A la salida alcanzaremos cómodamente la calzada en pocos minutos. Consultar restricciones. En la actualidad esta prohibida la escalada en toda esta zona.  




- La vía Ramonage representa una de las vías más exquisitas de oposición que podemos encontrar en Catalunya, que con solo tres largos ofrece unos pasajes inolvidables sobre roca compacta y con buen ambiente, dada la caprichosa geometría del lugar. Al interior del ramonage podemos acceder por ambos lados de la aguja; por la cara sur encontraremos un par de chapas de la vía dels Cartoixos y por la entrada original (E) poca cosa más. De todos modos la tirada estrella es sin lugar a dudas la última al tener que progresar irremediablemente con un pie en cada pared hasta engancharnos definitivamente a la Agulla del Salt. Acceso evidente desde la Morera de Montsant por el Grau de la Grallera (40 min), y descenso tras saltar al risco principal y andando a localizar el camino de acceso.




- La fisura-chimenea más descarada del sector de la Falconera nos ofrece la vía Nosferatu, una escalada variada, directa y sorprendente, totalmente encajada entre las atrevidas líneas de parabolts, como sugiere ampliamente un terreno adicto al grado deportivo. El itinerario arranca al lado del sendero que conduce al popular Grau dels Barrots, justo donde existe un profundo hundimiento en el camino. Un sugerente muro de entrada, da paso a lo más asequible para alcanzar la gran terraza que comunica a la derecha con el grau en cuestión. Aquí empieza la aventura reptando entre hiedras y una oportuna laja que conduce hacia el interior, progresando en oposición hasta la reunión situada bajo un pronunciado techo. La salida es más sorprendente que difícil, y al poco alcanzamos la cumbre más significativa del distrito de la Morera de Montsant. Descenso hacia el E a localizar el Grau dels Barrots. Escalada restringida durante los meses de nidificación.




- La vía Scala Dei consigue de manera lógica y variada combinar la sucesión de pedestales que presenta el Balcó del Priorat, y culminar en la Roca de les Onze con un bonito largo de placa típico del Montsant. Tras un evidente diedro de entrada, un tramo corto pero peliagudo en cuanto a grado y exposición, lleva a una gran terraza en la que prestaremos atención con una sima en plena travesía, dirección a la chimenea oculta que separa el próximo resalte. Sin mayores dificultades se gana la grieta llegando al visitado Balcó del Priorat, punto por donde transcurre el popular Grau dels Barrots. Aproximación evidente desde el camino que lleva al Grau del Carrasclet (35 min) y magnífico retorno por el Grau de Barrots (40 min). Roca de aceptable a muy buena según vamos ascendiendo.




- Las paredes de Comiols nunca han tenido la aceptación que se merecen pese a ser un lugar con un acceso privilegiado y una roca buena en general. En su extensa muralla NW tenemos dos grandes agujas apoyadas al risco muy características: el Sac Bernat y el Sac d'en Farré. La primera presenta una chocante silueta a modo de As de Bastos, cuya ascensión transcurre por el lomo exterior donde hallaremos en la fisura de entrada la mayor parte del material utilizado durante su primera ascensión. Continuando por placas, pronto decae la verticalidad y alcanzamos la singular cima enmoquetada de hierba sin más rastro que un pequeño bote de registro con los nombres de sus aperturistas, pioneros de la escalada leridana. Acceso evidente por la pista que sale del pueblo en dirección a las paredes (10 min), y descenso en rápeles por el mismo itinerario. Roca aceptable en conjunto.




- El Sac d'en Farré es todo un símbolo para el pueblecito de Benavent y fue ascendido en los años 50 por un matrimonio muy vinculado familiarmente a estas tierras: María Puig y Ernest Lamarca. La ruta arranca por una canal-chimenea un tanto salvaje, hasta un punto que la abandona dado el negro panorama que se aprecia a simple vista. Una vez fuera consigue enlazar con una oportuna fisura que facilita el asalto final a la cumbre. Atención al rápel que no es ninguna maravilla como el resto del material que encontraremos en la vía. Escalada estrictamente de coleccionista como la anterior, donde se aprecia claramente la astucia y el oficio de estas cordadas apasionadas por todo aquello que el ser humano nunca había pisado. El día de su conquista todos los lugareños observaron la hazaña y celebraron el evento como Dios manda.




- Cuando se abrió la vía Skubidhu solo existía el Espolón dels Elfos, por lo que el trazado intentó aprovechar lo más limpio del sector pese a su mayor dificultad. En definitiva, surgieron tres largos estéticamente elegantes, en los que se colocaron las expansiones justas y necesarias para realizar una escalada "in crescendo" en dificultad, con unos pasajes del todo variados a lo largo de su caprichoso recorrido. Destaca claramente la tercera tirada con un muro tipo Bagasses, donde hay que dar la talla ampliamente con respecto al resto, mucho más asequible, a proteger convenientemente con algunos artilugios flotantes. Cómoda aproximación bajando por el camino tallado hasta el inicio del marcado diedro del L1. A la salida atravesar a la izquierda, y mediante un rapel alcanzar el puente principal de la presa de Escales.




- Como su nombre insinúa, esta escalada se limita a alcanzar sin más pretensiones, la punta más significativa de los Plecs del Llibre, una de las más llamativas de toda la vertiente rocosa del Pui de Lleràs. Una escalada que resigue lo más fácil y evidente, resultando una línea asequible de grado pero exigente en cuanto a exposición debido a la dudosa calidad del terreno y escasa protección. No obstante destaca su último largo en oposición, más sorprendente que difícil, y la llegada a una cima que se desmonta con solo verla. El rápel aguanta pero habría que reforzarlo con parabolts más bien largos, dado que la roca es de conglomerado terroso a estas alturas. Acceso evidente desde la pista que lleva de Sapeira a Espluga de Serra (20 min), y descenso mediante un rápel volado de 30 m hasta una vira por la que se sale andando hacia un collado, para aprovechar unas rampas que conducen claramente al pie de vía.




- La vía Comici es una de esas rutas que según los expertos medioambientales perturba la vida de las rapaces. No obstante en su día se abrió sin restricción vigente y ahí está, con su consagrada fisura de entrada que enamora con solo verla. Un arqueado espejismo que sortea elegantemente el desplome del primer tercio de la pared, donde hay que utilizar la ferralla con cautela por si le da por expandirse en un momento dado. El resto, sin menospreciar su dificultad, constituye un puro trámite para alcanzar una admirable cima a caballo de su acusada vertiente posterior. Acceso evidente (25 min) desde la carretera que va de Prat de Comte a la antigua estación de Bot, y descenso hacia el collado de la izquierda (W) para localizar la instalación de un rápel de 50 m que lleva justo al pie de pared. Actualmente habrá que consultar con los agentes rurales si se permite su escalada fuera de la época de nidificación. Suerte.




- En la mayor parte de las panorámicas más tradicionales sobre el pantano de Sau, aparece el Puig de la Força con su descarada diagonal ascendente que invita sin más remedio a escalarla o como menos a imaginar lo que allí se cuece. Para ello hay que repetir la vía Coctel de Pedra y comprobar que la roca del lugar es un tanto peculiar según su tonalidad. La primera parte dominada por el color rojizo, posee una textura arenisca difícil de escalar en libre, salvo si es muy fácil o colocando pes muy largas en artificial. Los estratos centrales ofrecen lo peor, una combinación un tanto terrosa que exige coraje y técnica para avanzar, mientras que en el tercio superior aparece un gris similar a la caliza que sin lugar a dudas es lo mejor de toda la pared. Hasta el momento solo se le atribuye una meritoria repetición por unos asiduos que dominan el terreno a la perfección. Acceso y retorno evidentes desde el parking del pantano.




- El Torrent del Bosc desciende misterioso hasta los pies de la célebre Roca Regina y de su cauce sobresalen  varias formaciones calcáreas entre las que destaca esta elegante silueta bautizada como Eldorado. Una linea de lo más sugerente gana el flanco derecho del espolón en 5 bonitas tiradas, con toda la gama de pasajes en libre atlético sobre una roca de calidad en general. Prever un retorno con calma, pues a la salida de la vía hay que progresar entre abundante vegetación hasta alcanzar según nuestro instinto, un camino situado en la carena principal que conduce al punto de partida.




- Una de las líneas más definidas del Cap del Gos o Punta Escofet es, como su nombre indica, la vía Estigma. Un gran diedro colmado por una enorme cueva ofrece la escusa ideal para encalomarse y explorar las considerables proporciones de una cavidad perfecta pero sin continuidad. Hasta aquí roca discreta y ambiente lúgubre. Una línea de espits supera el margen derecho de la cueva y nos coloca en pleno techo donde una acrobática fisura facilita la salida al exterior. Ya por terreno más monolítico y enlazando lo más limpio y lógico, se alcanza la cima de esta gran mole de conglomerado separada de la fortaleza principal por un amplio collado. Itinerario parcialmente equipado en los pasos claves, aproximación casi inmediata y descenso en rápel por la vía Santacana. Una vez en el collado lo más rápido y práctico consiste en bajar por la frondosa canal norte mediante algún rápel instalado y por el bosque a pie de pared. Orientación N.