ESCALADAS COMBINADAS

- Cuando prácticamente todo se gradúa en libre, aún existen itinerarios que para abrirlos es necesario recurrir a la combinación técnica, es decir, escalar en libre hasta el límite de las posibilidades personales y a partir de aquí utilizar los estribos para solventar mayores dificultades. Es lo que se entiende por escalada combinada. A continuación aparecen una serie de rutas donde es preciso dominar el tema, pues en su recorrido se alterna el libre exigente con el artificial técnico y laborioso. Son vías poco repetidas dada su complejidad, cuando lo que actualmente se lleva por la gran mayoría es la escalada totalmente en libre, o bien todo artificial, otra faceta significativa para unos pocos adictos al tecnicismo extremo.


- La vía Bóvedas de Acero representa una aventura que se sustenta aprovechando la entrada de la vía Anglada-Gallego, enlazando con el diedro blanco de la Revelación, y atacando de lleno la característica bóveda central de la pared SE sin más pretensiones. Una combinación algo exótica desde lejos, pero no más inverosímil que otros trazados que salvan las endemoniadas formas de este coloso alicantino dotado de luz y vacío. El privilegiado terreno del Peñón siempre facilita el capricho sin grandes trabas, mientras dispongamos de unos mínimos recursos y habilidad técnica. Así pues, esta escalada es una escusa más para pasar un rato entretenido entre las gaviotas, y hacer apetito para luego despacharse con un buen menú en el puerto si el presupuesto lo permite. Roca de calidad variable en la bóveda y buena en el resto. Itinerario abierto sin expansiones, y a estas alturas rodeado de otras rutas más recientes -atención- equipadas con parabolts.



- Dos hombres y un bombón resuelve el margen izquierdo del espolón sur del Firé, encadenando todos los tramos grises y coincidiendo con la fisura de la vía Luis Villar, hasta que ésta la abandona para introducirse en la marcada chimenea que dibuja la vertiente oeste. Una combinación donde es preciso dominar todos los temas, desde el artificial laborioso al libre expuesto, sobre toda la gama de cualidades que encontramos en el conglomerado menos solicitado y más alejado del escenario habitual. Sus dos primeros largos son posiblemente los más exigentes, y donde el recurso de la maza y los clavos se hace imprescindible. Para el resto solo necesitaremos los fisureros y los Aliens, dado que se encuentra semiequipado con pitones y espits en los pasos claves. Su aliciente principal aparece a partir de la R4 cuando el terreno mejora y la dificultad disminuye favorablemente, ofreciendo una escalada rápida y asequible, pero algo expuesta, por una marcada columna hasta alcanzar la Punta Buzón. Una ruta que con toda seguridad nunca llegará a pulirse como tantas otras de esta célebre escuela, gracias a sus características más vinculadas a la escalada de aventura que a un rocódromo deportivo.



- Posiblemente la vía dels Artistes es el único itinerario de artificial sonado en una escuela colmada de rutas básicamente deportivas como la Mussara. Todo empieza por la existencia de una vistosa fisura que atraviesa el techo más significativo del sector Taronja. Una sugestiva línea que exige un buen dominio sobre los estribos, puesto que de entrada hay que colgarse con decisión y cierta delicadeza, para no empotrarse con el zócalo situado por debajo de la R0. Una vez solventados los primeros pasos, aumentan las posibilidades y las piezas entran mucho mejor, incluso de la familia de los friends. Pasado el obstáculo principal y cruzado la vía Augusta, de nuevo hay que esmerarse equipando un tramo más que vertical, que conduce al elegante diedro perfecto que cierra la aventura. Itinerario selectivo, roca compacta y grado obligado, la trilogía perfecta en un lugar donde se hace extraño el ruido de la maza y tanto material, para alcanzar una cima modesta pero sin desperdicio.



- Como la mayor parte de las vías de los 80, la vía Odessa comulgó con un estilo propio vinculado a la época, limitando al máximo el uso de la expansión. Si los escaladores de los 40 no usaron tal estrategia para vencer sus objetivos, con menos razón había que recurrir al buril tras 40 años de evolución técnica y humana. La Proa fue curiosamente uno de los primeros lugares en explorarse del perímetro sur montserratino, a poca distancia de la mítica Agulla Fina y del Vermell del Xincarró, raramente visitados en unos tiempos donde en los límites del Bruc y Collbató prácticamente no existían vías, y menos equipadas. Después de la Bosconero y la SAME, la Odessa cumplió por el margen izquierdo de la Proa sirviéndose de unas breves fisuras que justifican su trazado. Después de un elocuente primer largo, aparece un muro más peliagudo que obliga a navegar con rumbo a la R2 sin demasiadas referencias ni protecciones. La traca final consiste en superar con ayuda de los fisureros, una oportuna fisura hasta alcanzar un espit en lo alto que anuncia el paso clave del itinerario. Roca buena en conjunto y pocas repeticiones.



- La vía Amics del Sol se abrió recurriendo a la depurada técnica montserratina en un claro momento evolutivo donde la aparición de los plomos facilitó la progresión por muros impensables. Esta ruta no obstante, tuvo el privilegio de escoger la línea más sugestiva de la pared con diferencia, y solo se utilizó excepcionalmente un plomo como recurso para resolver un cambio de fisura del L5. El resto se solventó con la artillería básica, los fisureros y las cuñas de madera, resultando una ruta combinada de cierto nivel muy codiciada por los fanáticos del pedal. Hasta la fecha cuenta con muy pocas repeticiones, aparte de poseer un nido que obliga a restringir su escalada en la época de nidificación. La vía va dedicada als Amics del Sol, un romántico colectivo que a partir del 1915, derrochó su energía cuidando del paraíso montserratino como si de su segundo hogar se tratara. Todo esto ya es historia, pero sus valores merecen ser imitados y recordados para siempre, a favor de una montaña vital para todos.



- La vía Metal Gear ofrece una escrupulosa ascensión con una línea bien definida, donde destaca claramente un apoteósico primer largo en el que aparece un expuesto tramo de artificial tras superar la rampa de entrada. Es uno de aquellos pasajes donde buscamos el cerrojo y no lo hay, aún disponiendo de todas las llaves como en los video-juegos de estrategia al cual se refiere su nombre. Por suerte, a partir de la R1 la pantalla cambia radicalmente hacia una dificultad en libre disfrutona y asequible, pese a la ausencia casi total de protecciones frente a un terreno de gran calidad propicio para amortizar los Aliens o similares. Toda una ascensión realmente combinada, en la que hay que dominar el tema desde un buen principio y echarle morro en el primer obstáculo.



- La vía Livanos resuelve la máxima debilidad del Pilar del Segre al evitar por completo los notables desplomes que dominan el sector. Fue abierta en escalada combinada tal como detalla la reseña, utilizando básicamente pitones por lo que quedó totalmente desequipada incluso las reuniones. Con los años y las repeticiones, florecieron algunos clavos convidando a subir en libre dándole un mayor prestigio y aliciente. De todas formas, remotamente llegará a sobarse tal como ocurre en la mayor parte de los itinerarios en libre de Vilanova de Meià, gracias a prescindir del burilador en su apertura y en consecuencia no necesitar ningún tipo de reequipamiento posterior que transforme su estilo y su carácter original. La vía va dedicada al mítico escalador francés Georges Livanos.



- La vía Eureka y Josep Pla representan las líneas más definidas que ofrece el margen izquierdo de la Roca dels Collars. Se trata de dos itinerarios desequipados prácticamente sin expansiones, cuya escalada aparece compacta y laboriosa a ritmo de pequeño Big Wall, siendo necesario esmerarse con el material y dominar el pitonaje esencialmente. Destaca la segunda, dedicada al ilustre escritor catalán Josep Pla, por su complejidad técnica con un consistente diedro de entrada y un rabioso tramo de artificial en el segundo largo de fisura yosemítica por semejanza. Gracias a la impecable roca del sector, con los años se han sumado multitud de itinerarios en libre que han promovido esta tranquila palestra situada por detrás de la conocida Roca Narieda, arrinconado sin querer, este par de bonitas vías de corte combinado. No obstante, en un futuro pueden ofrecer un reto considerable para liberar dada su configuración y buenas posibilidades de protección, la tendencia más acorde con la evolución actual de la escalada en roca no deportiva.



- La vía 1879 invita a escalar uno de los sectores más sorprendentes de la pared, tal como insinúa su primer largo desde el interior de la gran bóveda donde se cobija la construcción más entrañable de Canalda: la casa de la Rita. La fecha hace referencia al año en que se construyó esta modesta estancia de visita obligada, que el tiempo aún no ha arrebatado por fortuna. Una hilera invertida de parabolts solventa el acusado desplome para alcanzar un elegante diedro, que por sí solo justifica la ascensión y la habilidad para protegerlo con los friends. Cuando éste termina, la ruta prosigue por lo más asequible que no es fácil. Un pasaje abierto en 6c y posteriormente asegurado, conduce hacia un frontón donde inevitablemente hay que pedalear para salvar unos compactos desplomes que salen al paso. Pese a ser uno de los itinerarios menos expuestos de toda la pared, el acrobático manejo de los estribos es razón suficiente para quedar marginado y lejos de la frecuentación.



- La vía Terra i Mar (TIM) ofrece un trazado a la vieja usanza donde hay que resolver una línea fisurada muy elocuente que lleva directo al desplome dominante. Una escalada que recuerda aquellos célebres itinerarios que en su día abrieron los miembros del TIM de Sabadell, utilizando sus limitados recursos para superar las fisuras más técnicas y exigentes de la vertiente norte montserratina. Después de tres tiradas en libre desequipadas, aparece una bóveda fisurada que representa el tramo clave de la ascensión. Se trata de un largo en diagonal muy desplomado a pitonar en su totalidad, donde hay que emplearse a fondo clavando invertido todo un ajuar de hierros más bien largos y anchos. Al final cabe solventar un paso delicado en un tramo donde desaparece la grieta, hasta alcanzar el diedro de salida. Una aventura diferente al resto de las vías de Canalda, que hasta la fecha solo conoce una repetición. Roca aceptable en conjunto.



- Como casi todas las vías de Canalda, la vía Spectrum aprovecha las debilidades de un terreno muy sinuoso enlazando los escasos tramos fisurados que ofrece esta extensa formación de conglomerado. Después de un acertado primer largo con flanqueo incluido, le sigue un pequeño diedro muy peleón que supone lo más exigente en libre hasta alcanzar uno mayor, mucho más humano, que nos deja en el centro de la pared. A la salida de la R3 aparece el tramo clave de artificial, un desplome semifisurado donde hay que equipar algunos pasos hasta salir por la izquierda y ganar de nuevo el terreno de panzas típico hasta la cima. Ruta muy variada e interesante en todo su desnivel, con roca buena y unos tramos obligados que le otorgan un espectro especial. Posiblemente una de las opciones más exigentes del sector oriental de Canalda, que por su elocuente estética se repite de tanto en tanto.



- Como su nombre insinúa, en la vía del Pitó Agraït (pitón agradecido) encontramos clavos colocados en los lugares precisos, que entraron hasta el cuello y solucionan oportunamente los pronunciados desplomes que cobija el diedro inclinado más significativo de toda la vertiente. Una vira estratégica a nivel de la R3 permite salir al exterior y atacar el espléndido muro final, resultando una escalada un tanto exótica en conjunto, pero muy interesante pese a su lúgubre aspecto. Roca buena en general. Prever que la vía se encuentre bien seca para no sufrir en las chorreras de los primeros largos. El pasaje de 6b no es obligado y no existen tramos con una exposición destacable, por lo que es una vía recomendable para aquellos que no hayan escalado mucho por la zona y les apasione la escalada de aventura.



- La Virguería es uno de esos prodigios de la naturaleza que invitan a ser escalados tan solo por su elocuente perfil desde el suelo hasta la cima. La aventura comienza por un modesto desplome de roca impecable, donde con fisureros y unos plomos colocados se llega a un consistente muro que se resuelve estratégicamente sin expansión, pero con una buena dosis de habilidad y decisión. Una vez alcanzado el jardín, una exquisita escalada de panzas y resaltes configura la columna más definida de todo el sector. Inicio a la izquierda de unas cavidades bien visibles desde la carretera. Roca muy buena en conjunto, con un primer largo destacable por sus exigencias técnicas y exposición real. Grado máximo obligado: V+. Pocas repeticiones.


- La vía Rocío Dúrcal queda camuflada al fondo del barranco de Sant Honorat y su escalada es del todo dispar dado su contrastado perfil. Un enorme lienzo de conglomerado sirve de pedestal al muro final, donde se concentra toda la verticalidad y obliga a pedalear un rato alternando las chapas con los inventos, después de solventar dos largas tiradas en libre expuesto desde la canal. Una escalada con poco futuro, pese a su aceptable calidad del terreno y el privilegiado marco por donde se desenvuelve, imprescindible de conocer. Para ello hay que dirigirse al Hostal del Boix desde Oliana dirección al núcleo de Peramola, aparcar a la entrada y tomar el camino circular de la Ruta del Corb empezando por la derecha. Tras adentrarnos por el río y después de una fuerte subida, el camino llanea hasta atravesar las paredes por debajo del característico centinela dels Tres Ponts (1h larga). El descenso se efectúa en rápeles por la vecina vía Retiro Espiritual situada inmediatamente a la derecha.



- La vía Versió Original convida al trazado más complejo que ofrece el corazón de esta modesta muralla, mediante una elocuente línea que aprovecha lo mejor de su fachada principal orientada a poniente. El primer largo es sin lugar a dudas el más rabioso y exigente, mientras que a partir de la R1 la pared ofrece más recursos hasta enlazar una serie de fisuras muy oportunas que llevan a la cima sin pasar por la vegetación. La roca en general es buena, con exquisitos tramos sazonados de agujeros y pequeños puentes de roca que facilitan la progresión. Por sus características podemos garantizar que se trata de una consistente escalada combinada donde en todo momento hay que calcular la jugada, con pocos seguros a la vista y un grado siempre exigente. Solo una repetición conocida.



- La vía Viagra aprovecha los rasgos más destacados del frontón principal de la Gronsa norte, hasta el punto de vagar privilegiadamente por la vertical descubriendo todas sus debilidades, salvo un L6 donde hay que enfrentarse con el obstáculo principal. Se trata de un muro ligeramente desplomado, cuya calidad permite una interesante y entretenida progresión que contrasta con el resto de una ascensión prácticamente equipada y en libre. Roca buena en conjunto, cómodo acceso y descenso inmediato a pie por la canal de la izquierda, son el resto de los alicientes de un itinerario poco repetido, pero claramente recomendable para la práctica del pitonaje con falcas y el libre sinuoso.



- La vía Atemporal resuelve una de las cuatro líneas más representativas del extremo occidental de las Moles del Don, el distrito menos frecuentado de la zona por un tipo de vías claramente diferentes al resto del repertorio del río Estrets. Una escalada en la que destaca el L2 como lo técnicamente más costoso, aunque resta equipado para superarlo con solo los ganchos prestando atención al estado de los plomos colocados. La tercera tirada cuenta con un muro exigente que conduce a un marcado diedro final mucho más rápido, y donde no quedan más misterios por resolver. Roca buena en conjunto. Pocas repeticiones.



- La vía Final Fantasy ofrece el trazado más espectacular de la Roca del Sombreret tomando el relevo a su vecina vía Silvia después de su aparatoso desprendimiento. Una escalada del todo combinada, donde ya en el L2 hay que solventar un corto pasaje con friends, para alcanzar la columna principal que lleva bajo los desplomes dominantes. Una definida fisura salva el primer obstáculo, y a la salida de la R4 encontramos una hilera de parabolts que conducen a la chimenea colgada representativa. Después de esto tan solo queda adivinar la salida más oportuna a la cima, que a lo tonto conlleva un paso final obligado sin la chapa de turno. Roca buena en conjunto y muy recomendable.



- La vía Analògica ofrece una línea claramente distinguida formada por una elegante sucesión de fisuras y diedros, pero con el gran inconveniente de poseer una roca discreta que le priva de su encanto principal. A todo ello hay que añadirle un recorrido en el que solo encontraremos un par de parabolts en el L4, un clavo en el antepenúltimo largo, y las reuniones montadas correctamente, lo que da una ligera idea del grado de laboriosidad al que nos enfrentaremos. Destaca el L2 por su continuidad, con un rabioso tramo después de un antipático bloque empotrado, y el L4 donde se concentra todo un recital de pitonaje por una fisura que a ratos deja mucho que desear. En definitiva, una de tantas líneas escandalosas de la muralla sur de Busa donde hay que emplearse a fondo sin tregua alguna, siendo la tónica habitual de esta moderna escuela del Solsonès.