PEDRAFORCA Nordface



"Trío de Ases en el Pedraforca"

- Para los escaladores catalanes, el macizo del Pedraforca siempre ha estado un referente histórico desde sus primeras conquistas a principios del siglo pasado. Sus célebres pioneros se sirvieron de sus canales, agujas y paredes, para encarrilar un nuevo concepto denominado alpinismo moderno, combinando una rudimentaria técnica del uso de la cuerda con una visión mucho más amplia de las dificultades. Así pues, Lluís Estasen fue el primero en desvelar un inteligente trazado en la muralla norte (1928), que hoy en día representa uno de los itinerarios más clásicos de la montaña después de la popular vía Homedes abierta en el 35. A éste le siguieron, 20 años más tarde, las vías de Jordi Panyella "Pany", unas ascensiones más atrevidas con un mismo fin, salvar los 600 largos metros de la majestuosa y compleja cara norte. Un escenario difícil de digerir a primera vista desde cualquier ángulo, pero capaz de cautivar a toda la élite de escaladores catalanes de todas las épocas, que han dejado su huella en forma de soberbios trazados acordes con las dificultades de cada momento.



Joan Martí del Castillo


Nombres como José Manuel Anglada, Francesc Guillamón, Joan Cerdà, Heinz Pokorski, y un largo etc, tuvieron la fortuna de descubrir una a una las principales debilidades de esta vertiente, unas marcadas líneas que pronto captamos al llegar al entrañable refugio Estasen. Todos los que visitan este entorno privilegiado, sin lugar a dudas quedan abrumados por la sobredosis de calcáreo que inunda todos los rincones de una montaña con carácter, pero relegada a la 2ª división en el campestre prepirineo de l'Alt Berguedà.



Toni Cano trepando por la vía de la Grallera

En los últimos 25 años, el Pedraforca ha tolerado todos los caprichosos cambios que ha sufrido la escalada contemporánea, desde la bota dura al parabolt, mostrando un espacio específico para cada tendencia. Mientras su codiciada cara sur prácticamente a tocado fondo después de una minuciosa exploración taladro en mano, la norte ha pasado más desapercibida a las modas, rodeándose de una clientela si no más selecta, más identificada con los tradicionales valores alpinísticos. Así pues, un terreno virgen condenado al abandono, ha resucitado la ilusión de algunos asiduos, manifestando las enormes posibilidades que aún ofrece esta gran mole grisácea. Tres modernos itinerarios son el argumento de este desenlace, donde una nueva óptica descubre unas atractivas líneas bien definidas, gracias al romántico afán de unos escaladores continuamente cautivados por la magia de esta simétrica montaña.




Ricard Balaguer acabando el L1 de la Barrufets

La primera ruta en romper el hielo será la Triple Directa (2002), una evidente suma de tres resaltes en combinación perfecta, para ganar el filo de la Grallera de una forma elegante y directa. Más de 600 m de recorrido en los que destacan seis exigentes largos bien repartidos, para poner a prueba la constancia, el fondo físico y el ardor alpino. Para ardor alpino, la vía Barrufets (2005), más de 1000 m de escalada donde habrá que madrugar para bajar de día. Un duro itinerario que descubre en tres episodios, el margen izquierdo de la profunda canal del Riambau con unas perspectivas inéditas de la vertiente. Por último, la vía Joan Martí (2006), dedicada obviamente al guarda más célebre del refugio Estasen, invita a enlazar dos sugestivos tramos de la pared y ganar directamente la cima del Calderer, mediante una apasionante escalada en libre del todo variada y recomendable.




Jordi Camprubí en el L5 de la vía Joan Martí


Estas tres bonitas ascensiones son hoy por hoy, las rutas de dificultad más largas de la cara norte del "Pedra", y todo un reclamo para los más fanáticos y añorados de la sombra de las tapias alpinas por excelencia. Es por consiguiente ideal difundirlas en un trío, para mantener la esencia y el propósito de sus aperturistas: defender la escalada clásica de toda la vida en un escenario histórico, y borrar la mala reputación de una roca más digna de lo que predican las malas lenguas. En definitiva, tres competentes aventuras para poner al Pedraforca a la altura que le corresponde, con respecto al resto de las grandes y míticas rutas de los Pirineos. Es que en el Pedraforca, además de buscar setas, también se escala...


Realizando el tramo clave (L4) de la vía J. Martí



DESCRIPCIÓN DE LOS ITINERARIOS



-TRIPLE DIRECTA. 1ª asc.: 3-8-02 por Alex Vives y Armand Ballart en dos jornadas.
Dificultad: 6a oblig. Recorrido: 620 m (400 de dificultad y 220 de trepada fácil). Horario aprox.: 6/7 h.
Ruta semiequipada con espits y clavos en los pasos claves. Material: llevar el juego de fisureros y los camalots hasta el nº2.
La vía arranca a la izquierda de la canal de la Grallera por el terreno más factible, aunque ligeramente descompuesto, que lleva a la R1 bajo un gran diedro rojo característico. El segundo largo ya no afloja (V/V+) pese a que la roca paulatinamente va mejorando hasta alcanzar el tono gris en la R2. Con una corta tirada de Vº se llega a las rampas que conducen al pie del segundo tercio. Superar un marcado diedro y con tendencia a la derecha rebasar una arista donde justo al otro lado encontraremos la R5. A partir de aquí, una monolítica línea fisurada en técnica combinada (V+/A1), lleva definitivamente al filo de la compacta arista principal, que no abandonaremos hasta la base del murallón final, la Grallera en cuestión (gran cueva). Aquí descubrimos la tirada clave de la vía, un muro gris semi-fisurado con 2 espits, que se negocia serpenteando en libre muy obligado y colocando fisureros, hasta un punto donde un aéreo flanqueo a la izquierda conduce al estratégico balcón de la R10. Con un paso de A1 se sale de éste y con tendencia a la derecha se llega al pie de una consistente entosta que domina bajo el desplome final (R11). Este largo, muy espectacular y dolomítico, nos deja en la cresta cimera del punto más alto de la montaña, el Pic Superior (2498 m).

La aproximación se efectúa desde el camino del Verdet por un torrente que poco a poco se endereza hasta llegar al pie de la vía clásica de la Grallera (45 min). El descenso lo podemos realizar desde la cumbre por la izquierda hacia la enforcadura (S-E), o por la derecha cresteando hasta la canal del Verdet (W). En ambos casos calcular 1 h más bien larga. No confiarse por la asequible apariencia del croquis, la vía no regala nada y el esfuerzo físico es francamente considerable, pero la recompensa nos espera en el último tercio. Llevar agua, comida, y recrearse con la impresionante estética del entorno.




- VÍA BARRUFETS. 1ª asc.: agosto-05 por Jordi Bonet y Jordi Camprubí en múltiples ataques.
Dificultad: 6b oblig. Recorrido: 1065 m (750 de dificultad y más de 250 de trepada fácil). Horario: 9/10 h.
Itinerario prácticamente equipado con espits, parabolts y clavos. Material: llevar los fisureros, los aliens (rojo imprescindible) y juego de camalots hasta nº3.
Estamos delante de un itinerario preconcebido para disfrutar de un terreno semiequipado a tal efecto, por lo que no se trata de un trazado evidente en conjunto, sino más bien una caprichosa combinación de tramos estéticos y de calidad, que suman más de 1000 m de escalada. Ante todo destacar que el primer largo es con diferencia el más duro de toda la vía, y psicológicamente frustrante ante lo que queda. Tres partes técnicamente bien diferenciadas, configuran esta magnífica ruta, de esfuerzo mantenido y notablemente variada, que gracias a su equipamiento reseguiremos sin vacilar hasta el collado occidental del Calderer. Un primer tercio supera un potente zócalo fisurado (6b/A1) que conduce a la base del Dit del Riambau, singular gendarme que delimita el comienzo de la vía Estasen. Esta primera parte es un total contraste de dificultades y donde señala difícil, es difícil de verdad, siendo indispensable la utilización de los camalots, aliens y fisureros. Una vez superado el Dit del Riambau, hay que seguir a pie por una cornisa en ligero descenso, hasta localizar un hito+parabolt que indican el inicio del segundo capítulo, el más disfrutón y asequible con diferencia. Sólo nos entretendrá un bello largo de muro llegando a la confluencia con la vía Estasen, con respecto al resto de estas tiradas de trámite para alcanzar el tercio superior. Una traca final donde de entrada hay que rapelar a una exótica cueva, y reseguir una lógica mucho más refinada, como el extraordinario tramo de "la Trona" con su peleona fisura-chimenea que terminará con nuestras reservas. Un poco más arriba finaliza la aventura y localizamos el descenso habitual del Calderer por la enforcadura (1h). A todo esto hay que sumarle la aproximación desde el refugio por la senda que conduce al bastión central, atravesando hacia la derecha por debajo del primer zócalo característico (45 min). Esta escalada se puede considerar como una de las más largas y duras de todo el pirineo oriental incluyendo la famosa Dent d'Orlu. Atención al horario y no encantarse. Roca buena en general.



- VÍA JOAN MARTÍ. 1ª asc.: 28-8-06 por Jordi Camprubí y Armand Ballart en dos días y medio.
Dificultad: V+/6a oblig. Recorrido: 640 m (440 de dificultad + 200 m de trepada fácil). Horario: 5/6 h.
Itinerario prácticamente equipado con espits, pitones y clavos tipo "Melillas". Material: llevar el juego de fisureros y camalots hasta el nº2.
Interesante combinación que descubre una primera mitad bastante monolítica y ceñida a la lógica, con una segunda mucho más típica que casualmente acierta con la mejor salida al Calderer. Todos los largos son bonitos y entretenidos, destacando la 4ª tirada como el tramo clave de la vía donde hay que dar la talla entre espit y espit (6a con un A0). Una vez en las gradas centrales de la pared, es preciso avanzar por la diagonal más pronunciada hacia la izquierda, hasta localizar un espit con chapa azul al pie de la línea fisurada más evidente. Aquí retomamos la escalada por un terreno más fragmentado con salida atlética, hasta alcanzar una concavidad ascendente que conduce al marcado espolón central, bien fisurado y sorprendente hasta el final. De la última reunión podemos acceder a la cumbre del Calderer (2493 m), o bajar inmediatamente a pie por la izquierda hacia el Collet de la Cova, donde unas señales rojas nos llevan a la bajada por la canal del Gat, mucho más rápida y recomendable (1h). Aproximación idéntica a la de la vía Estasen (1h), y una vez dentro de la canal del Dit del Riambau, localizar un puente de roca equipado a mano izquierda que señala el inicio del itinerario. A nivel de esfuerzo, quizás sea esta la ruta más benévola en comparación con las anteriores, pero técnicamente exige un buen dominio sobre placas y fisuras de todos los calibres, con una roca buena en conjunto salvo algún tramo puntual de la parte superior. Sin lugar a dudas, una vía indispensable para impregnarse del mejor ambiente y concebir la magnitud real de esta pared, aislados de otras rutas. Un merecido homenaje a Joan Martí por sus 30 años de total dedicación al Pedraforca, como guarda del entrañable refugio Lluís Estasen.

                                                                                                    Texto: Armand Ballart.
               
               Articulo publicado en el anuario de Montañeros de Aragón  2007


3 comentarios:

  1. Ei Armand.

    Un trio genial de vies, però la NordMagnum també li hauriem de posar (per mi). Així passem d'un trio a un póker de vies modernes super bones.

    Fins aviat crack.

    Parce

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  2. MUCHAS GRACIAS POR ESTO ARMAND, SALUD

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  3. Gracies per continuar amb la difusió de les noves vies (i no tan noves) amb una retorica al més pur estil dels Terreno d'Aventura de Desnivel.
    Guardo com un tresor aquells articles amb informació que encara és del tot vigent. Quan van deixar de publicar-los em vaig borrar de la revista (no és conya...).
    Salutacions i endavant

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