ESCALADAS EN LA COMARCA DEL ALT URGELL

- La comarca del Alt Urgell está situada al norte de Catalunya y al sur de Andorra, siendo el río Segre su eje principal. Gracias a la exhaustiva guía de escalada publicada hace poco tiempo, podemos descubrir los secretos de sus grandes palestras, y los rincones más privilegiados para la práctica de cada una de las facetas que ofrece la escalada tanto deportiva como clásica. A continuación, aparecen algunos itinerarios de aventura que pueden servir, si no más, para conocer unas interesantes escuelas casi siempre amparadas por una roca caliza extraordinaria, en unos entornos rurales donde el silencio y lo salvaje afortunadamente aún co-existen.



- La vía del Nifo fue el segundo itinerario abierto en Roca Narieda aprovechando el camino más evidente para superar los dos pisos de esta notable muralla situada frente a la localidad de Organyà, bien visible rumbo a Andorra desde el sur. Se trata de una pared de caliza muy compacta orientada al oeste, cuyos trazados acostumbran a reseguir las pocas fisuras existentes dado que sus muros ofrecen una dificultad más que considerable por su escasez de agarres. La vía del Nifo, dedicada a Pep Masip, se vale del diedro más afortunado que dibuja la parte inferior, y tras atravesar el bosque intermedio ataca lo más asequible de un proyecto finalizado en una sola jornada, tras semiequipar previamente los seis primeros largos. Con los años y por sus excelentes características, se ha convertido en uno de los itinerarios más visitados de la zona, pero prescindiendo de su segunda mitad mucho más salvaje y menos atractiva, ahorrando horario y el penoso descenso desde la cima. Así pues, la comodidad apuesta por bajarse en rapeles desde la R6 o R7 según convenga, y dejar el resto para los más aventureros, la decisión más oportuna para no complicarse la existencia habiendo probado lo mejor del pastel.



- No cabe la menor duda que solo una línea permite escalar de la manera más asequible el Roc dels Collars: el Diedre de la Seu. Por esta razón, cuando fuimos ha abrirlo, nos encontramos con la sorpresa de que no éramos los primeros en hurgar sus entrañas. Un breve rastro con algunos pitones en los dos primeros largos, daba a entender o que ya estaba abierto, o bien que alguien lo había intentado sin éxito. Sin más referencias, seguimos escalando el marcado diedro ha contrarreloj, y el mismo día terminamos la aventura. Puesto que en los clavos se apreciaba la inscripción "Seu", decidimos bautizarlo con dicho nombre (con el tiempo supimos que se trataba de una tentativa efectuada por bomberos de la Seu). En definitiva, el itinerario quedó tal cual, poco equipado con algunos pitones, y con las chapas justas y necesarias para escalarlo en libre. Con los años muchos coinciden que seria interesante "tunearlo" para frecuentarlo con más facilidad, ya que el recorrido se lo merece, pero por el momento continua fiel a su etiqueta de "aventura", y totalmente acorralado entre un recital de vías de parabolts.



- La Fisura Leroy-Merlin hace alusión al nombre de la firma comercial especializada en bricolaje, por el mero hecho de que cuando se abrió fue necesaria una intensa sesión de jardinería para progresar por un diedro colmado de vegetación. Tras una poda a consciencia, apareció la buena caliza de la zona, y el trazado más asequible de un sector dominado por monolíticas placas donde se albergan los itinerarios más extremos de la Serra de Carreu. Una palestra en expansión, gracias a su increíble roca y accesos parecidos a su vecina Serra de Sant Joan, situada sobre el mismo eje calcáreo pero en diferentes comarcas. La fisura en cuestión, ofrece todo un recital de pasajes en diedro hasta que finaliza y hay que continuar por placas hasta la cima. Escalada totalmente desequipada pero con buenas posibilidades de protección, contando con las sabinas protagonistas que aún existen. Aproximación similar a la vía Ratikon, y descenso por la canal de la izquierda mediante un rápel final de 40m.



- La Ratikon fue la primera vía abierta en la Serra de Carreu, con el privilegio añadido de elegir una de las líneas más lógicas y sugestivas que ofrece su soleada vertiente. La ruta arranca por placa hasta instalarse en el diedro principal que pronto desaparece, obligando a continuar hacia la derecha para situarse al pie de una fantástica diagonal colmada de techos, donde aparecen los pasajes más sorprendentes que podamos imaginar. Unos tramos de compacta adherencia son la recompensa al esfuerzo de entrada para ganar la verticalidad del L1, lo más difícil con diferencia. Escalada poco equipada, obligada en conjunto y sin desperdicio alguno, son los rasgos fundamentales para fundirse en una aventura del todo recomendable, aunque en libre siempre exigente. Acceso evidente desde el pequeño núcleo de Bóixols, por una buena pista que sale dirección a las paredes. Aparcar a la altura del objetivo, y remontar improvisando campo a través por lo más idóneo y practicable hasta sortear el zócalo por la derecha (45 min). El descenso se efectúa cresteando dirección E hasta bajar por la primera canal donde al final encontraremos la instalación de un rápel de 45m.



- La vía Spirit (nombre de un satélite enviado al espacio exterior) representa la línea perfecta para salvar el frontón anaranjado más llamativo de toda la Serra de Sant Joan. Tras un primer largo de trámite con posibilidad de evitarlo entrando por la derecha, aparece una segunda tirada que por sí sola merece la visita por su compacta y exquisita ejecución. El L3 es el más rabioso y se abrió en escalada combinada, pero en el transcurso de la segunda ascensión se forzó en libre expuesto sin utilizar la maza. Después de esto lo que sigue es un elocuente pasadizo de escasa dificultad, que en forma de gran diedro inclinado conduce sin más secretos al final de una aventura muy recomendable, y más con la ayuda de unos pitones. Su acceso se realiza por la pista principal que parte de Montanissell dirección a las paredes (W), y a los pocos kms se llega a un amplio collado donde se divisa claramente el objetivo. Tras un breve descenso y pasada una casa, aparcaremos en un ensanche y tomaremos un desvío a la derecha que conduce hacia el lomo más despejado que lleva directamente al pie de vía (45 min). Para el descenso hay que atravesar al collado de la derecha y localizar la instalación en un árbol estratégico, para efectuar un rápel de 25m por el lugar donde la pared posee el menor desnivel.



- Uno de los techos más significativos de todo el pre-pirineo catalán se encuentra en la Serra de Sant Joan. Se trata de un ejemplar único por sus geométricas características, que tal parece ser un capricho arquitectónico fraguado dentro de un encofrado horizontal. Para situarse bajo sus dominios, es necesario salvar tres tiradas de trámite sin un gran interés en especial, y desde la R3 contemplar el carril de espits (17 pasos colocados a mano por el Sr.Paca), que conducen al vértice del asunto. A la salida alcanzamos el relevo y un consistente fin de fiesta en libre, para despejarse de la pedalada y completar así una ascensión peculiar e imprescindible para los coleccionistas de techos singulares. Roca buena en todo el recorrido. Aproximación y descenso idénticos a la vía Spirit, pero atravesando un trecho más hacia la derecha. Evitar en lo posible los meses calurosos, dado que toda la vertiente está orientada al sur y el terreno es bastante seco por naturaleza.



- La vía Tamariu acierta una línea de grado asequible sorteando elegantemente los obstáculos que salen al paso, resultando un bonito itinerario del todo recomendable aunque desequipado. Una buena escusa para utilizar el juego de fisureros y los friends, en un terreno donde se presta claramente a la autoprotección, y su calidad no decrece hasta el final amortizando lo más limpio y elocuente. Destacan sus dos primeros largos y el marcado diedro del L4 donde se concentran los pasos más significativos. Aproximación desde la pista de Montanissell a la altura de un amplio collado con gran explanada incluida, donde hay que tomar el mejor rumbo hacia el objetivo, aprovechando primero los espacios más abiertos con tendencia a la derecha, para posteriormente atravesar a la izquierda en diagonal ascendente hacia la base de la pared (45 min). El descenso se efectúa a pie bajando por la segunda canal situada a la derecha del sector.



- La Buffet Lliure contempla una ascensión muy intensa y variada donde cada tirada es un mundo aparte. Ya de entrada, en el L2 sorprende un singular slab aislado a superar lateralmente, para alcanzar la diagonal ascendente que conduce al coctel de fisuras más definidas y elegantes que ofrece el margen derecho del monolítico frontón central. Destacar un tramo de artificial a la salida de la R4 donde será de utilidad un gancho ancho para progresar. Una vez terminado el diedro principal hay que serpentear por unos muros algo expuestos, hasta alcanzar una fisura terminal de dudoso aspecto pero buena en cuestión. En definitiva, una ruta de aventura prácticamente desequipada (solo un espit en R5 y algunos clavos), con buenas posibilidades de protección y sobre un terreno mucho más compacto de lo que se adivina a primera vista. Aproximación y descenso similares a la vía Tamariu.



- Como su nombre indica, la vía Trencasostres transcurre de tal manera que sortea cada uno de los techos que van apareciendo a su paso, resultando un trazado simplemente espectacular. La ruta se encuentra prácticamente desequipada, por lo que es preciso clavar algún paso puntual y el resto a base de aliens y friends al gusto. Ya de entrada, destaca una buena fisura que lleva bajo un gran techo triangular que se evita mediante un elegante flanqueo hacia la derecha. A la salida de la R3 aparece el pasaje clave (espit) negociando unos cortos diedros muy compactos, hasta que el terreno pierde intensidad atravesando una zona fácil con algo de vegetación. De nuevo la escalada gana interés y es cuando la estrategia conduce a sortear lateralmente el desplome final, para acertar la salida más factible del escenario al estilo Ordesiano. Una vía sin desperdicio con buena roca en conjunto, que pese a su aspecto desolador, significa un objetivo claramente recomendable dentro del repertorio más frecuentado de toda la Serra de Sant Joan.



- Safari calcari ofrece una línea desequipada de cierto interés, donde claramente se puede descartar el primer largo por su nefasto aspecto. A partir de la R1 la película cambia radicalmente y surge un eje fisurado sazonado de todo tipo de diedros, que lleva directamente a la cumbre mediante una escalada en libre principalmente atlética. Salvo el primer largo, la roca es muy buena, y durante el recorrido encontramos algunas sabinas muy oportunas para asegurarse como en el significativo diedro del L4. Por lo demás, se trata de una ruta que quizás a estas alturas aún no tenga repetición, por quedar básicamente apartada del sector principal y poseer una aproximación algo más penosa desde la pista principal (1h). El descenso se efectúa atravesando por detrás de la muralla dirección oeste, hasta localizar la canal de bajada habitual señalizada con un gran hito.



- Subiendo de Organyà a Montanissell divisamos desde el picnic de la Font Bordonera, una pared rojiza sin grandes rasgos donde descansa la vía Solaris, la línea más asequible para solventar una verticalidad no siempre de calidad rodeada de desplomes. Una escalada exigente desde un principio donde es necesario una buena intuición para acertar el camino correcto de acceso, y la diagonal ascendente que se intuye por la pared y que lleva a la salida más factible decorada con una peculiar franja de mármol rosa. Para llegar al inicio, lo más breve consiste en acceder atravesando desde la doble curva pasado el picnic, improvisando por lo más abierto hasta trepar el zócalo y ganar la base del asunto (30 min). El descenso se efectúa por la derecha flanqueando sobre el risco y bajando entre la vegetación hasta localizar la instalación de rápel (40m) en un árbol. Una vez en el suelo podremos contemplar una curiosa cavidad, para completar una exótica aventura expuesta al sol, y al murmullo de los domingueros -si los hay- asentados en el picnic de la carretera.



- El pequeño núcleo de Valldarques es uno de los rincones mágicos que posee la comarca del Alt Urgell, transitando entre Coll de Nargó y la pequeña aldea de Bóixols. Un lugar arropado entre riscos de tonalidades otoñales, cuya verticalidad destaca pese a su modesta altura poco solicitada hasta el momento por los aperturistas locales. Su roca arenisca desentona en una zona de caliza dominante, pero afortunadamente se deja escalar, al menos en la ruta más asequible descubierta hasta ahora: el Esperó del Castell. Situada frente a una estratégica torre de vigilancia, el espolón ofrece un par de tiradas en libre por sendas fisuras, donde hay que tantear su calidad en algún paso puntual. No obstante, el bucólico entorno compensa ampliamente el defecto, tal como su comodidad de acceso y retorno al vehículo desde el Mas de Sobre-roca situado sobre el mismo objetivo. Orientación soleada ideal desde otoño a primavera.




- La cara E de la Paret de Mu ofrece un espolón asequible de tres largos, ideal para coronar el altiplano de la cumbre de Sant Honorat escalando, con una última tirada muy interesante que por sí sola merece la visita. Para llegar al pie del itinerario es necesario coger desde el Coll de Mu, el camino principal que conduce a la cima de Sant Honorat atravesando lo más pintoresco de la vertiente. Una vez pasado el pequeño collado de l'Agulla del Camí, seguir unos pocos minutos hasta desviarnos a la izquierda por el bosque. Pronto se forma una frondosa canal que tendremos que remontar hasta alcanzar la cara E de l'Agulla Smeagol, y continuar subiendo por la derecha hasta localizar el inicio del itinerario (unos 45 min). La vía se encuentra equipada con parabolts en los tramos significativos, y la roca aparece bastante aceptable en conjunto mejorando con la altura. A la salida podemos rapelar inmediatamente por la vertiente opuesta (W) por la vía Retiro Espiritual, o bien bajar andando tras encontrar el sendero que baja de la cima principal (calcular 1 h hasta el Coll de Mu). Vía dedicada a dos pioneros fundamentales de la escalada catalana: Josep Mª Torras Homet i Joan Nubiola "La Cordada Centenària". 




- Pese a su asequible y elocuente línea eclipsada por completo por el espolón de la vía Núria, la Aresta dels Joncars nunca ha sido un objetivo solicitado debido a su escaso equipamiento y con buriles de la época. Se trata de una larga sucesión de placas inclinadas, donde destaca claramente el primer largo y el inicio del sexto por su mayor verticalidad sin llegar a extremos. El resto hay que navegar por un conglomerado que sin ser del todo malo, hay que prestarle atención y acertar el camino más correcto hasta situarse a caballo de la marcada arista. Últimamente se ha restaurado totalmente con parabolts, quedando un tramo de Ae donde originalmente se subió por un gran árbol que se cayó. Se puede repetir con los seguros que hay, pues difícilmente se le puede añadir algo más. Para llegar al pie de vía hay que acceder en coche a la ermita de Castell-Llebre y continuar andando por la pista que sube hacia Sant Honorat. Tras una significativa cuesta, una pista secundaria a mano derecha atraviesa la ladera dirección a las paredes. Al final de la pista hay que internarse por el bosque y atravesar de la mejor forma hasta localizar el objetivo (1h larga). El descenso desde la cumbre se realiza por un camino señalizado al principio y por la pista de nuevo a la ermita (45 min).




- A pesar de estar ubicado en la comarca del Solsonès, el Turp ofrece la mejor panorámica del Alt Urgell desde su privilegiada situación claramente destacada desde todos los ángulos. Con un acceso relativamente cómodo (con vehículo 4X4 casi inmediato) y un buen camino de bajada, la vía del Esperó Central ofrece las mejores perspectivas para aprovechar la visita y comprobar la calidad del terreno. De los tres largos de la vía destaca el último como el más elegante con diferencia, el resto sortea lo más evidente sin llegar a ser un saldo. Escalada semiequipada en conjunto para repetirla con solo el juego de fisureros o Aliens. Existen además tres vías para combinar a su alrededor, en caso de fanatismo vertical para amortizar la jornada. Para más información, en la guía de escaladas al Solsonès -agotada- aparecen todas las alternativas y otros sectores cercanos al pequeño pueblo de Cambrils.




- En lo que a grado se refiere, la vía Xorrera Extension representa el trazado más asequible del Roc del Rumbau, pues todos los demás lo sobrepasan de largo. No obstante, su dificultad real surge de su concepción reacia a la expansión, dado que en todo el itinerario solo hallaremos un parabolt en el L1 y el resto (5) en reuniones, recurriendo a la técnica de autoprotección mediante seguros flotantes. De sus cinco tiradas destacan las dos primeras, donde aparecen los muros más atractivos con diferencia, exigiendo un buen instinto de navegación en terreno sinuoso. La roca es buena por lo general salvo algún tramo del L3; durante la apertura se eliminaron las típicas crostas quedando la vía saneada lo mejor posible. Al poco de empezar encontraremos un puente de roca como referencia y algo más arriba el parabolt, quizás su ubicación no sea la correcta pues hay que desplazarse un poco para chaparlo. A partir de aquí descubriremos de tanto en tanto algún emplazamiento para colocar algún Totem o similar de manera siempre artesanal. La R3 se monta sobre una robusta sabina, y atención que en la siguiente tirada sólo hay un clavo, por lo que será imprescindible encontrarlo y no fallar en el intento. Después de esto, el resto de la escalada no ofrece mayores complicaciones.




- La vía Pax Vobis representa el reclamo más evidente al llegar a Cortiuda. Una línea de aventura que ofrece tres tiradas poco equipadas, donde hay que sortear todo tipo de pasajes sobre roca de todos los colores, siendo una exigente combinación que se adivina claramente desde el mismo parking donde se deja el vehículo al llegar al refugio de Cortiuda. Desde este punto solo basta continuar por la pista que desciende por el torrente principal hasta alcanzar el pie de pared (25 min). El primer largo es el más compacto y lleva de la mejor manera para atacar la chimenea dominante, tras un breve flanqueo con la ayuda de un clavo. Una vez en el interior no hay problema, pero a la altura de unos bloques hay que salir por fuera y alcanzar la R2 (tramo expo). La última tirada no ofrece mayores complicaciones y la roca aparece mucho más aceptable. El descenso se realiza caminando por la derecha (evidente). Orientación S-E. 

ESCALADAS COMBINADAS

- Cuando prácticamente todo se gradúa en libre, aún existen itinerarios que para abrirlos es necesario recurrir a la combinación técnica, es decir, escalar en libre hasta el límite de las posibilidades personales y a partir de aquí utilizar los estribos para solventar mayores dificultades. Es lo que se entiende por escalada combinada. A continuación aparecen una serie de rutas donde es preciso dominar el tema, pues en su recorrido se alterna el libre exigente con el artificial técnico y laborioso. Son vías poco repetidas dada su complejidad, cuando lo que actualmente se lleva por la gran mayoría es la escalada totalmente en libre, o bien todo artificial, otra faceta significativa para unos pocos adictos al tecnicismo extremo.


- La vía Bóvedas de Acero representa una aventura que se sustenta aprovechando la entrada de la vía Anglada-Gallego, enlazando con el diedro blanco de la Revelación, y atacando de lleno la característica bóveda central de la pared SE sin más pretensiones. Una combinación algo exótica desde lejos, pero no más inverosímil que otros trazados que salvan las endemoniadas formas de este coloso alicantino dotado de luz y vacío. El privilegiado terreno del Peñón siempre facilita el capricho sin grandes trabas, mientras dispongamos de unos mínimos recursos y habilidad técnica. Así pues, esta escalada es una escusa más para pasar un rato entretenido entre las gaviotas, y hacer apetito para luego despacharse con un buen menú en el puerto si el presupuesto lo permite. Roca de calidad variable en la bóveda y buena en el resto. Itinerario abierto sin expansiones, y a estas alturas rodeado de otras rutas más recientes -atención- equipadas con parabolts.



- Dos hombres y un bombón resuelve el margen izquierdo del espolón sur del Firé, encadenando todos los tramos grises y coincidiendo con la fisura de la vía Luis Villar, hasta que ésta la abandona para introducirse en la marcada chimenea que dibuja la vertiente oeste. Una combinación donde es preciso dominar todos los temas, desde el artificial laborioso al libre expuesto, sobre toda la gama de cualidades que encontramos en el conglomerado menos solicitado y más alejado del escenario habitual. Sus dos primeros largos son posiblemente los más exigentes, y donde el recurso de la maza y los clavos se hace imprescindible. Para el resto solo necesitaremos los fisureros y los Aliens, dado que se encuentra semiequipado con pitones y espits en los pasos claves. Su aliciente principal aparece a partir de la R4 cuando el terreno mejora y la dificultad disminuye favorablemente, ofreciendo una escalada rápida y asequible, pero algo expuesta, por una marcada columna hasta alcanzar la Punta Buzón. Una ruta que con toda seguridad nunca llegará a pulirse como tantas otras de esta célebre escuela, gracias a sus características más vinculadas a la escalada de aventura que a un rocódromo deportivo.



- Posiblemente la vía dels Artistes es el único itinerario de artificial sonado en una escuela colmada de rutas básicamente deportivas como la Mussara. Todo empieza por la existencia de una vistosa fisura que atraviesa el techo más significativo del sector Taronja. Una sugestiva línea que exige un buen dominio sobre los estribos, puesto que de entrada hay que colgarse con decisión y cierta delicadeza, para no empotrarse con el zócalo situado por debajo de la R0. Una vez solventados los primeros pasos, aumentan las posibilidades y las piezas entran mucho mejor, incluso de la familia de los friends. Pasado el obstáculo principal y cruzado la vía Augusta, de nuevo hay que esmerarse equipando un tramo más que vertical, que conduce al elegante diedro perfecto que cierra la aventura. Itinerario selectivo, roca compacta y grado obligado, la trilogía perfecta en un lugar donde se hace extraño el ruido de la maza y tanto material, para alcanzar una cima modesta pero sin desperdicio.



- Como la mayor parte de las vías de los 80, la vía Odessa comulgó con un estilo propio vinculado a la época, limitando al máximo el uso de la expansión. Si los escaladores de los 40 no usaron tal estrategia para vencer sus objetivos, con menos razón había que recurrir al buril tras 40 años de evolución técnica y humana. La Proa fue curiosamente uno de los primeros lugares en explorarse del perímetro sur montserratino, a poca distancia de la mítica Agulla Fina y del Vermell del Xincarró, raramente visitados en unos tiempos donde en los límites del Bruc y Collbató prácticamente no existían vías, y menos equipadas. Después de la Bosconero y la SAME, la Odessa cumplió por el margen izquierdo de la Proa sirviéndose de unas breves fisuras que justifican su trazado. Después de un elocuente primer largo, aparece un muro más peliagudo que obliga a navegar con rumbo a la R2 sin demasiadas referencias ni protecciones. La traca final consiste en superar con ayuda de los fisureros, una oportuna fisura hasta alcanzar un espit en lo alto que anuncia el paso clave del itinerario. Roca buena en conjunto y pocas repeticiones.



- La vía Amics del Sol se abrió recurriendo a la depurada técnica montserratina en un claro momento evolutivo donde la aparición de los plomos facilitó la progresión por muros impensables. Esta ruta no obstante, tuvo el privilegio de escoger la línea más sugestiva de la pared con diferencia, y solo se utilizó excepcionalmente un plomo como recurso para resolver un cambio de fisura del L5. El resto se solventó con la artillería básica, los fisureros y las cuñas de madera, resultando una ruta combinada de cierto nivel muy codiciada por los fanáticos del pedal. Hasta la fecha cuenta con muy pocas repeticiones, aparte de poseer un nido que obliga a restringir su escalada en la época de nidificación. La vía va dedicada als Amics del Sol, un romántico colectivo que a partir del 1915, derrochó su energía cuidando del paraíso montserratino como si de su segundo hogar se tratara. Todo esto ya es historia, pero sus valores merecen ser imitados y recordados para siempre, a favor de una montaña vital para todos.



- La vía Metal Gear ofrece una escrupulosa ascensión con una línea bien definida, donde destaca claramente un apoteósico primer largo en el que aparece un expuesto tramo de artificial tras superar la rampa de entrada. Es uno de aquellos pasajes donde buscamos el cerrojo y no lo hay, aún disponiendo de todas las llaves como en los video-juegos de estrategia al cual se refiere su nombre. Por suerte, a partir de la R1 la pantalla cambia radicalmente hacia una dificultad en libre disfrutona y asequible, pese a la ausencia casi total de protecciones frente a un terreno de gran calidad propicio para amortizar los Aliens o similares. Toda una ascensión realmente combinada, en la que hay que dominar el tema desde un buen principio y echarle morro en el primer obstáculo.



- La vía Livanos resuelve la máxima debilidad del Pilar del Segre al evitar por completo los notables desplomes que dominan el sector. Fue abierta en escalada combinada tal como detalla la reseña, utilizando básicamente pitones por lo que quedó totalmente desequipada incluso las reuniones. Con los años y las repeticiones, florecieron algunos clavos convidando a subir en libre dándole un mayor prestigio y aliciente. De todas formas, remotamente llegará a sobarse tal como ocurre en la mayor parte de los itinerarios en libre de Vilanova de Meià, gracias a prescindir del burilador en su apertura y en consecuencia no necesitar ningún tipo de reequipamiento posterior que transforme su estilo y su carácter original. La vía va dedicada al mítico escalador francés Georges Livanos.



- La vía Eureka y Josep Pla representan las líneas más definidas que ofrece el margen izquierdo de la Roca dels Collars. Se trata de dos itinerarios desequipados prácticamente sin expansiones, cuya escalada aparece compacta y laboriosa a ritmo de pequeño Big Wall, siendo necesario esmerarse con el material y dominar el pitonaje esencialmente. Destaca la segunda, dedicada al ilustre escritor catalán Josep Pla, por su complejidad técnica con un consistente diedro de entrada y un rabioso tramo de artificial en el segundo largo de fisura yosemítica por semejanza. Gracias a la impecable roca del sector, con los años se han sumado multitud de itinerarios en libre que han promovido esta tranquila palestra situada por detrás de la conocida Roca Narieda, arrinconado sin querer, este par de bonitas vías de corte combinado. No obstante, en un futuro pueden ofrecer un reto considerable para liberar dada su configuración y buenas posibilidades de protección, la tendencia más acorde con la evolución actual de la escalada en roca no deportiva.



- La vía 1879 invita a escalar uno de los sectores más sorprendentes de la pared, tal como insinúa su primer largo desde el interior de la gran bóveda donde se cobija la construcción más entrañable de Canalda: la casa de la Rita. La fecha hace referencia al año en que se construyó esta modesta estancia de visita obligada, que el tiempo aún no ha arrebatado por fortuna. Una hilera invertida de parabolts solventa el acusado desplome para alcanzar un elegante diedro, que por sí solo justifica la ascensión y la habilidad para protegerlo con los friends. Cuando éste termina, la ruta prosigue por lo más asequible que no es fácil. Un pasaje abierto en 6c y posteriormente asegurado, conduce hacia un frontón donde inevitablemente hay que pedalear para salvar unos compactos desplomes que salen al paso. Pese a ser uno de los itinerarios menos expuestos de toda la pared, el acrobático manejo de los estribos es razón suficiente para quedar marginado y lejos de la frecuentación.



- La vía Terra i Mar (TIM) ofrece un trazado a la vieja usanza donde hay que resolver una línea fisurada muy elocuente que lleva directo al desplome dominante. Una escalada que recuerda aquellos célebres itinerarios que en su día abrieron los miembros del TIM de Sabadell, utilizando sus limitados recursos para superar las fisuras más técnicas y exigentes de la vertiente norte montserratina. Después de tres tiradas en libre desequipadas, aparece una bóveda fisurada que representa el tramo clave de la ascensión. Se trata de un largo en diagonal muy desplomado a pitonar en su totalidad, donde hay que emplearse a fondo clavando invertido todo un ajuar de hierros más bien largos y anchos. Al final cabe solventar un paso delicado en un tramo donde desaparece la grieta, hasta alcanzar el diedro de salida. Una aventura diferente al resto de las vías de Canalda, que hasta la fecha solo conoce una repetición. Roca aceptable en conjunto.



- Como casi todas las vías de Canalda, la vía Spectrum aprovecha las debilidades de un terreno muy sinuoso enlazando los escasos tramos fisurados que ofrece esta extensa formación de conglomerado. Después de un acertado primer largo con flanqueo incluido, le sigue un pequeño diedro muy peleón que supone lo más exigente en libre hasta alcanzar uno mayor, mucho más humano, que nos deja en el centro de la pared. A la salida de la R3 aparece el tramo clave de artificial, un desplome semifisurado donde hay que equipar algunos pasos hasta salir por la izquierda y ganar de nuevo el terreno de panzas típico hasta la cima. Ruta muy variada e interesante en todo su desnivel, con roca buena y unos tramos obligados que le otorgan un espectro especial. Posiblemente una de las opciones más exigentes del sector oriental de Canalda, que por su elocuente estética se repite de tanto en tanto.



- Como su nombre insinúa, en la vía del Pitó Agraït (pitón agradecido) encontramos clavos colocados en los lugares precisos, que entraron hasta el cuello y solucionan oportunamente los pronunciados desplomes que cobija el diedro inclinado más significativo de toda la vertiente. Una vira estratégica a nivel de la R3 permite salir al exterior y atacar el espléndido muro final, resultando una escalada un tanto exótica en conjunto, pero muy interesante pese a su lúgubre aspecto. Roca buena en general. Prever que la vía se encuentre bien seca para no sufrir en las chorreras de los primeros largos. El pasaje de 6b no es obligado y no existen tramos con una exposición destacable, por lo que es una vía recomendable para aquellos que no hayan escalado mucho por la zona y les apasione la escalada de aventura.



- La Virguería es uno de esos prodigios de la naturaleza que invitan a ser escalados tan solo por su elocuente perfil desde el suelo hasta la cima. La aventura comienza por un modesto desplome de roca impecable, donde con fisureros y unos plomos colocados se llega a un consistente muro que se resuelve estratégicamente sin expansión, pero con una buena dosis de habilidad y decisión. Una vez alcanzado el jardín, una exquisita escalada de panzas y resaltes configura la columna más definida de todo el sector. Inicio a la izquierda de unas cavidades bien visibles desde la carretera. Roca muy buena en conjunto, con un primer largo destacable por sus exigencias técnicas y exposición real. Grado máximo obligado: V+. Pocas repeticiones.


- La vía Rocío Dúrcal queda camuflada al fondo del barranco de Sant Honorat y su escalada es del todo dispar dado su contrastado perfil. Un enorme lienzo de conglomerado sirve de pedestal al muro final, donde se concentra toda la verticalidad y obliga a pedalear un rato alternando las chapas con los inventos, después de solventar dos largas tiradas en libre expuesto desde la canal. Una escalada con poco futuro, pese a su aceptable calidad del terreno y el privilegiado marco por donde se desenvuelve, imprescindible de conocer. Para ello hay que dirigirse al Hostal del Boix desde Oliana dirección al núcleo de Peramola, aparcar a la entrada y tomar el camino circular de la Ruta del Corb empezando por la derecha. Tras adentrarnos por el río y después de una fuerte subida, el camino llanea hasta atravesar las paredes por debajo del característico centinela dels Tres Ponts (1h larga). El descenso se efectúa en rápeles por la vecina vía Retiro Espiritual situada inmediatamente a la derecha.



- La vía Versió Original convida al trazado más complejo que ofrece el corazón de esta modesta muralla, mediante una elocuente línea que aprovecha lo mejor de su fachada principal orientada a poniente. El primer largo es sin lugar a dudas el más rabioso y exigente, mientras que a partir de la R1 la pared ofrece más recursos hasta enlazar una serie de fisuras muy oportunas que llevan a la cima sin pasar por la vegetación. La roca en general es buena, con exquisitos tramos sazonados de agujeros y pequeños puentes de roca que facilitan la progresión. Por sus características podemos garantizar que se trata de una consistente escalada combinada donde en todo momento hay que calcular la jugada, con pocos seguros a la vista y un grado siempre exigente. Solo una repetición conocida.



- La vía Viagra aprovecha los rasgos más destacados del frontón principal de la Gronsa norte, hasta el punto de vagar privilegiadamente por la vertical descubriendo todas sus debilidades, salvo un L6 donde hay que enfrentarse con el obstáculo principal. Se trata de un muro ligeramente desplomado, cuya calidad permite una interesante y entretenida progresión que contrasta con el resto de una ascensión prácticamente equipada y en libre. Roca buena en conjunto, cómodo acceso y descenso inmediato a pie por la canal de la izquierda, son el resto de los alicientes de un itinerario poco repetido, pero claramente recomendable para la práctica del pitonaje con falcas y el libre sinuoso.



- La vía Atemporal resuelve una de las cuatro líneas más representativas del extremo occidental de las Moles del Don, el distrito menos frecuentado de la zona por un tipo de vías claramente diferentes al resto del repertorio del río Estrets. Una escalada en la que destaca el L2 como lo técnicamente más costoso, aunque resta equipado para superarlo con solo los ganchos prestando atención al estado de los plomos colocados. La tercera tirada cuenta con un muro exigente que conduce a un marcado diedro final mucho más rápido, y donde no quedan más misterios por resolver. Roca buena en conjunto. Pocas repeticiones.



- La vía Final Fantasy ofrece el trazado más espectacular de la Roca del Sombreret tomando el relevo a su vecina vía Silvia después de su aparatoso desprendimiento. Una escalada del todo combinada, donde ya en el L2 hay que solventar un corto pasaje con friends, para alcanzar la columna principal que lleva bajo los desplomes dominantes. Una definida fisura salva el primer obstáculo, y a la salida de la R4 encontramos una hilera de parabolts que conducen a la chimenea colgada representativa. Después de esto tan solo queda adivinar la salida más oportuna a la cima, que a lo tonto conlleva un paso final obligado sin la chapa de turno. Roca buena en conjunto y muy recomendable.



- La vía Analògica ofrece una línea claramente distinguida formada por una elegante sucesión de fisuras y diedros, pero con el gran inconveniente de poseer una roca discreta que le priva de su encanto principal. A todo ello hay que añadirle un recorrido en el que solo encontraremos un par de parabolts en el L4, un clavo en el antepenúltimo largo, y las reuniones montadas correctamente, lo que da una ligera idea del grado de laboriosidad al que nos enfrentaremos. Destaca el L2 por su continuidad, con un rabioso tramo después de un antipático bloque empotrado, y el L4 donde se concentra todo un recital de pitonaje por una fisura que a ratos deja mucho que desear. En definitiva, una de tantas líneas escandalosas de la muralla sur de Busa donde hay que emplearse a fondo sin tregua alguna, siendo la tónica habitual de esta moderna escuela del Solsonès.

ESCALADAS EXPUESTAS

- Normalmente, fuera de las vías deportivas previamente equipadas, todas las escaladas son expuestas, todo depende de las posibilidades para reforzar el itinerario, y de la cantidad y calidad de los seguros existentes. Cuando se trata de fisuras no hay misterio, pero en placas y muros quedamos al amparo del valor y la pericia de sus aperturistas. A continuación aparecen algunas escaladas que por éstas características son expuestas, por lo que hay que estar a la altura de las circunstancias y no fallar en el intento. Ello no les quita belleza, simplemente les otorga un mayor carácter.




- Después de la apertura de la Directa Rusa, sus autores se propusieron como siguiente proyecto superar directamente los enormes desplomes que atraviesa la vía Herbes Màgiques. Para ello entraron por lo más elocuente de la cantera aprovechando la lógica, hasta situarse bajo el objetivo punto donde una franja de roca muy fragmentada les obligó a desistir del desplome y continuar avanzando en diagonal a la derecha. Una decisión que condujo a atravesar en libre la inevitable franja, por un terreno notablemente esquistoso e imposible de asegurar (L7), en dirección a la única salida factible de tal embrollo. Una escalada expuesta con muy pocas repeticiones, donde habrá que valorar el estado de las chapas del L2 dada la constante erosión del salitre que no perdona, y menos en los primeros largos. Por lo demás se trata de un recorrido muy interesante y exótico, como todos los que rondan en este distrito reservado para las gaviotas y al cobijo de las tormentas. La vía fue dedicada a una veterana pareja de escaladores Suizos, Erika y Pel, afincados en la zona aquella época, siempre dispuestos para todo y muy apreciados por el colectivo. Erika con 63 años, había colaborado en la apertura de algunas de las vías del Manfred, y los dos repitieron mano a mano la Herbes Màgiques, otra gran aventura del Peñón que merece un capítulo aparte.




- Después de abrir la Aresta Arcarons, rápidamente se conquistaron las aristas paralelas siguiendo el mismo estilo o quizás más escrupuloso, a la fin de colocar los mínimos buriles en tiradas. El resultado fueron dos expuestos trazados raramente repetidos por algún que otro osado coleccionista de trofeos montserratinos, gracias a la fructuosa campaña efectuada a finales de los 70 por algunos de los Piratas más inquietos. Con todo ello, la Aresta Bellver cuenta con solo 4 buriles y la Tobogán poco más, siendo la primera algo más benévola en grado pero con un último largo inolvidable y sin más posibilidades de protección. El reino de la escalada obligada queda plenamente representado en los Plecs del Llibre con sus aristas y espantosas vías como la Miserables Tatxaires de la cara este, una obra magistral por su concepción y grado solo al alcance de ochogradistas todo-terreno. En definitiva, un santuario cuyas rocas quedaron vinculadas para la posteridad con los nombres de sus principales protagonistas como Miguel Arcarons, J.C.Griso Bellver, Ignasi Ruiz "Nacho", Manolo Martínez y Armand Ballart, entre los más afortunados.





- La zona de la Albarda Castellana queda claramente eclipsada por el famoso Puntal, y tras él solo encontramos algunos itinerarios poco frecuentados pero lo suficientemente interesantes por su mayor desnivel y roca de calidad. La Aresta Modesta surca la elocuente línea que aparece en del margen izquierdo mediante tres largos mínimamente equipados, por lo que podemos considerarla como una ruta expuesta pese a que sus pasos claves aparezcan asegurados puntualmente. Una escalada como las de antes situada en un lugar inhóspito sin apenas cobertura, pero capaz de sintonizar con toda la magia montserratina a poco rato del transitado camino de Sant Jeroni.



- La vía Tsintao representa una alternativa similar a la anterior, pero con mayor continuidad al servirse del lienzo más extenso de la vertiente. Un terreno de roca excepcional donde solo dispondremos de una oportuna fisura para proteger el primer largo y poca cosa más, destacando la consagrada salida de la R1 hasta alcanzar el espit de rigor. El resto continua expuesto pero con una dificultad mucho menor, hasta ganar la rampa de salida a la atalaya principal de la Albarda Castellana. Descenso a pie por un tramo señalizado con marcas azules, hasta topar con el camino de Sant Jeroni. Acceso desde éste pasado el tramo más largo de escalones, cruzando el torrente para situarse en el collado que separa el Puntal y la Albarda, y descendiendo por una salvaje canal dirección sur hasta el pie de las vías.




- La Roca de Sant Cugat es sin lugar a dudas el monolito más significativo de la Plantació y el que posee los itinerarios más consistentes de esta romántica zona situada por detrás de los conocidos Gorros. El acceso más rápido y evidente consiste en aparcar en la pista de la Vinya Nova y coger el camino del Clot de la Mònica. Una vez superado el primer collado, el sendero desciende y transcurre paralelo a un torrente. En este tramo encontraremos un hito a mano derecha que señala el desvío que conduce a un pintoresco barranco llamado Torrent dels Llorers. Subiendo por éste se llega directamente al pie del objetivo tras salvar algún que otro obstáculo equipado como ferrata. La vía Rata Morta discurre por el centro de la cara sur y ofrece tres magníficos largos semiequipados con chapas azules, en los que hay que navegar entre los pocos seguros y reforzar con algún que otro Alien de consolación. Roca excelente en todo el recorrido y descenso mediante un rápel tal como marca la reseña.




- Para muchos, la Moby Dick es una de las mejores escaladas de la Palleta. Su elocuente trazado, equipamiento justo y calidad del terreno, le otorgan un plus de intensidad que el resto no posee. Fue abierta siguiendo las debilidades del margen izquierdo de la pared, mediante notables excursiones sorteando los desplomes y colocando los clavos y espits definitivos. Destaca claramente la segunda mitad del primer largo por su dificultad, concentrada en un muro obligado donde hay que emplearse a fondo para encadenar las primeras tres chapas y alcanzar el bombo de entrada a la R1. La segunda tirada es la que exige la máxima concentración, pues los espits están bastante alejados entre sí y es posible naufragar por la continuidad de un muro de película sin grandes rasgos en especial. Una vez alcanzada la R2 el resto es simple trámite para llegar a la instalación de rápel de la vía Pere Segura e iniciar el descenso al pie de pared. Escalada prohibida desde el 1 de enero al 31 de junio.




- En la Serra de Guixers hallaremos uno de tantos lugares encantados de la comarca del Solsonès, donde con toda seguridad no encontraremos a nadie salvo cuando crecen los robellones. Se trata de una modesta pared de conglomerado orientada al sur dominada por "les Mones", dos significativas agujas adosadas al centro del escenario. Para llegar será preciso consultar en la entrada "Escaladas insólitas" donde aparecen "les Mones" y el Cavall de Guixers. La vía Diadema resulta una escalada situada entre ambas formaciones, cuyo recorrido salva el desplome más acusado por la izquierda, mediante cinco largos en libre muy variados, sobre roca aceptable y con tramos donde hay que dar la talla sin más remedio. Uno de éstos consiste en salvar por la izquierda el muro que separa la R1 de la R2, donde se recomienda pasar solo una cuerda por los seguros para evitar el roce y con la otra asegurar la jugada al de segundo. Descenso recomendable en rápeles tal como indica el dibujo.




- La muralla sur de Busa presenta el catálogo de líneas más extenso que podemos encontrar en el grueso de nuestras escuelas. Se pueden abrir tantas vías, que la imaginación no da abasto ante tal generosidad. Pero lo que desde lejos parece un regalo de los dioses, una vez en el ajo todo cambia y normalmente a peor, como la vía Purgandus populus. Ya de entrada hay que exponerse trepando por la rama de un árbol para alcanzar la pared, con una buena hostia si el peso excede la resistencia vegetal. Una vez en la roca, el primer largo aparece compacto y algo escaso de seguros, pero muy interesante. A partir de la R1 la tónica cambia radicalmente hasta la cima, a pesar del oportuno color grisáceo de un terreno que hay que controlar palmo a palmo para no salir volando. Todo ello sumado a la dificultad de protección, hacen de esta vía una aventura indeseable a descartar de la lista pese a dibujar una de las líneas más atractivas del sector central de la pared.





- La vía Alto Standing acierta en libre la línea quizás más compacta que ofrece el sector occidental del Roc de Rumbau, más conocido actualmente por las vías deportivas situadas bajo el zócalo principal de la muralla surcado de buenas chorreras. La ruta ofrece unas primeras tiradas sinuosas aprovechando en todo momento las debilidades de un terreno con pocos seguros a priori, siendo preciso navegar según el argot actual. Al inicio hay que prestar cierta atención con la roca pese a su buena apariencia, ya que un incendio arrasó hace años la vertiente y muchos agarres están interiormente resentidos. Por lo demás, se trata de un itinerario interesante para conocer el lugar y desde la cima contemplar los camuflados perfiles de la sierra de Sant Honorat desde su atalaya más avanzada. El nombre se refiere al nivel de la clientela que frecuenta el emblemático Hostal del Boix.



- En el Solsonès, la pared del riu Lacó queda eclipsada por otros objetivos de mayor relevancia, pero su verticualidad es bien evidente salvo cuanto más nos acercamos al barranco. La vía Minotaure invita a descubrir un espacio terriblemente erosionado, donde aparecen las formas más caprichosas siguiendo el camino más asequible de entrada. Tras un zócalo fácil cuyo lomo conduce a una pequeña cueva, arranca una verticalidad que obliga a negociar las viras más definidas para culminar bajo el consistente desplome que corona la pared. Una oportuna fisura salva el obstáculo en diagonal devolviéndonos de nuevo a la realidad, después de unos exóticos largos difíciles de describir donde sobresale claramente el cuerno del mino tauro. Una escalada expuesta por la mediocre calidad del terreno y por sus escasas protecciones, que automáticamente queda apartada de la clientela normal. No obstante, la combinación de la vía con el lugar otorga una magia particular que bien merece la visita, si no más para contemplar el bucólico cañón.




- La Vida de Perros es una de esas vías que no da tregua para pararse y colocar algo pues su verticalidad constante y escasas posibilidades no lo permiten. Cuando se abre en libre desde abajo, en ocasiones hay que dar la talla y seguir avanzando, el terreno dicta su sentencia hasta llegar o encontrar algo donde protegerse. En el caso particular de esta vía, modesta en desnivel pero intensa en ejecución, la primera tirada cuenta con solo 3 seguros, pero es que en la siguiente solo encontramos uno en la mitad que representa la salvación. Hay que ponerse en situación y como mínimo valorar el cómo fue colocado el espit después de una vertical y larga excursión desde la R1. El resto ya es un juego de niños que conduce a la cima de esta aguja adosada a la enorme pared del Pessó, de cómodo acceso y con un conglomerado de primera como es de costumbre en esta escuela pallaresa.



- La vía Siluetas de Amor fue concebida con la mínima expresión de material, hasta tal punto que con solo 8 parabolts quedó equipada una ruta de 200 m incluidas las reuniones. Fue la primera en conquistar la cara SW de las Moles del Pessó incluso antes de aparecer la famosa Performance acertando la línea más oportuna de toda la pared. Una escalada poco solicitada que nunca ha estado de moda, al rodearse progresivamente de itinerarios más equipados que la han marginado claramente pese a su evidente trazado, calidad del terreno y variedad de pasajes. De entre todos ellos destaca una aérea travesía hacia la derecha en el L1, para alcanzar el eje del diedro punto donde podemos colocar los artilugios que convengan. El resto hay que espabilar con lo que hay y algunos puentes de roca circunstanciales. Por lo demás, es una vía bonita, agradable y muy indicada para los días de invierno por su recogimiento y orientación.



- La vía Eros difiere claramente del resto de las escaladas típicas de las Moles del Pessó orientadas al barranco de Sant Pere. Se trata de una ruta poco equipada cuyo primer largo exige un rato de entretenido artificial, hasta que el terreno por fin permite subir en libre siguiendo las debilidades de la pared hasta la cima. No obstante, la sorpresa llega cuando de repente, a mitad de la segunda tirada, hay que superar un tramo puntual y colgarse a saco de un plomo tras una buena excursión en libre bastante a pelo. Solo con eso, ya podemos etiquetarla de expuesta a pesar que el resto más o menos sigue las pautas convencionales. Roca buena excepto al comienzo debido a un incendio ocurrido hace varios años. Descenso recomendable por el mismo itinerario.



- La zona de la Móra Comdal entra dentro del legendario mundo del conglomerado discreto, donde se acude principalmente por romanticismo y por la magia patente que desprenden sus caprichosas rocas y monolitos. La Aguja Perfilada es sin lugar a dudas el objetivo más notable de todo el escenario y su espolón sur la línea más larga y atractiva que observamos al llegar. La vía Pepe Rubianes surca las fisuras existentes en su margen izquierdo, ofreciendo una escalada entretenida pero cuanto más arriba más exigente, destacando el cuarto largo donde hay que emplearse a fondo y asegurarse artesanalmente de la mejor forma con pitones y friends. La roca en conjunto es aceptable pero siempre con un punto de concentración añadido que le da ese carácter particular a la zona. El acceso se efectúa por la pista asfaltada que lleva hacia Les Anoves, en la salida N de Oliana, y tras la bajada al pantano desviarse a mano derecha por una pista de tierra principal que recorre el valle dirección al conjunto rocoso. De la cima montar un rápel al collado y destrepar una preciosa canal (W) para volver al pie de vía. Zona muy poco frecuentada.




- La vía Cotton Club aprovecha la asequible vertiente E del Molló Esmolat o Agulla Perfilada, superando los muros en diagonal ascendente hasta finalizar por la arista de la cima principal. Para ello cuenta con cuatro tiradas muy evidentes semiequipadas con unos pocos parabolts, que conducen por un terreno discreto en conjunto, pero con poca verticalidad. Las reuniones restan equipadas excepto la R1 y R4 que se montan en árboles. El inicio resulta un tanto exigente hasta que la verticalidad desaparece, así como un tramo del tercer largo donde hay que dar la talla hasta alcanzar los parabolts (V+ algo roto). Aproximación evidente por la derecha del sembrado más destacado, siguiendo unas fitas y pintadas rojas que conducen directamente a la base W de la roca. Atravesando por el pie de la pared se llega pronto al inicio en un tramo despejado de vegetación (calcular unos 40 min). Descenso desde la cima mediante un rapel (25m) y alcanzando la segunda canal orientada al oeste, por donde se baja con cierta precaución hasta el mismo torrente por donde accede el camino de la aproximación.
 



- La vía Redbone surca la línea más descarada y lógica del Esperó de la Móra, donde curiosamente existe otro itinerario simétrico abierto en el 96 en la vertiente opuesta, mucho más difícil y expuesto. El itinerario resigue la fisura que destaca a primera vista, ofreciendo un primer largo exigente donde hay que manejar algún friend grande, para proteger el tramo clave (6a) hasta alcanzar la entrada de la primera reunión. La continuación aparece mucho más humana y asequible pero sin protecciones, pues en toda la vía solo encontraremos parabolts en la R2 y R3. Roca típica de la región con algún pasaje discreto donde habrá que prestar atención. Aproximación improvisando campo a través dirección al objetivo, desde la pista de acceso aparcando cerca de la ermita de Santa Eugènia (calcular 35 min). Para el descenso, desde la cima se recomienda atravesar dirección W sorteando por lo alto el terreno más accidentado, hasta situarse en el torrente principal. A media bajada localizaremos el trazo de un viejo camino que desciende en diagonal por la derecha (fitas), y que cómodamente lleva al inicio de la aproximación (calcular 1h).



- La pared de Canalda tiene la fama de itinerarios expuestos, y solo se repiten unos pocos que están bien asegurados que en muchos casos no son precisamente los más bonitos. La vía Isabella fue uno de los primeros en abrirse por lo que su dificultad aparece moderada, exceptuando un par de pasos que rompen la monotonía entre un mar de compactas panzas y oleaje sinuoso. En su apertura solo se utilizaron un par de espits quedando una ruta bastante expuesta con puntuales posibilidades de protección, que automáticamente quedó relegada como tantas otras abiertas con una concepción reacia a la expansión fruto del viejo estilo montserratino. No obstante, en la segunda ascensión se le sumaron un par de chapas con el previo consentimiento de los autores, para aminorar la exposición de los pasos más acusados, sobre todo el de la panza del L4 que resulta el más apoteósico con diferencia.



- Después del previo calentamiento con la vía Isabella, el próximo objetivo se situó algo más a la derecha, pero siempre dentro de los límites del sector central de la pared por su mayor altura y continuidad. La vía Torrente de Flujo supera con el mismo estilo un paño mucho más exigente de entrada, donde cada largo posee su boulder particular para seguir escalando por lo más asequible y evidente sin más florituras. Son pasajes obligados previamente asegurados, que según avanzamos se complican hasta alcanzar la repisa salvadora, el trance habitual de la escalada canaldera. Dadas estas características, la ruta ofrece buenas excursiones sobre una roca buena en conjunto, evitando al máximo el liquen de las inevitables chorreras que la acompañan. A estas alturas solo cuenta con dos o tres repeticiones confirmadas, siendo una de las vías míticas del Solsonès, una zona ya de por sí poco solicitada en comparación del Alt Urgell o el Montsec.




- Si existen algunas vías imprescindibles en Canalda, la Falcon Crest puede ser una de ellas. Su atractivo trazado, variedad de pasajes y puntual equipamiento son factores decisivos para solventar un itinerario verdaderamente "canaldero" en todos los sentidos. La dificultad de la primera tirada sirve de preludio para lo que sigue a continuación, pero con los seguros más ajustados, tal como se observa en el segundo largo en el que fue preciso sumarle una chapa en el transcurso de la segunda ascensión. En el tercero destaca un elegante y compacto diedro que lleva hacia la tirada decisiva, en la que un muro coralino intensifica la aventura acertando la salida más convincente. En definitiva, una escalada exigente en todo momento, cuyo esfuerzo queda ampliamente recompensado por su estética y calidad, como tantas otras vías de Canalda tristemente olvidadas.


- La vía Nivea destaca por su elocuencia, brevedad y sencillez, tres factores que le llevan entre la notable verticalidad de un sector peliagudo, aprovechando los oportunos rasgos que ofrece la pared. No obstante su última tirada, una de las mejores salidas de toda la muralla, exige de un golpe de decisión importante para negociar una panza considerable, y reponerse sobre un muro donde aún hay que dar la talla hasta la cima. Escalada con los espits justos y necesarios para proteger los pasos claves, con pocas posibilidades de reforzar con artilugios, que claramente queda descartada de la típica selección de itinerarios recomendables pese a que su línea lo vale sin la menor duda. Su nombre insinúa el alto grado de insolación de la pared, que aún en pleno invierno convida a escalar en camiseta en los días más serenos y recurrir a la famosa crema para no dejarse la piel.




- La vía Cor de Roure representa uno de los retos más embarazosos de la muralla sur de Canalda dadas sus exigencias técnicas y morales. La desoladora apariencia del primer largo es motivo suficiente para pasar de largo y desistir del intento, al constatar la fragilidad de un terreno rojizo y muy vertical, con toda la incertidumbre añadida a la hora de proteger la jugada con solo un pitón y un puente de roca en 45 m. A la salida de la R1 volvemos con la misma tónica hasta que paulatinamente la cosa mejora hasta alcanzar la R2. La tercera tirada es la mejor en todos los aspectos, ofreciendo una bonita escalada por un diedro de calidad, sin más misterios que los plomos que encontraremos al final a la izquierda para abandonarlo y llegar a la R3. El último resalte cuenta con unos entretenidos pasos de artificial a base de pitones falcados en roca decente, hasta que el terreno permite salir en libre y terminar una de las aventuras más peliagudas de la zona. Como es lógico, por el momento se desconocen repeticiones.




- La vía de Pasqua resigue una línea muy interesante en todo momento, que acierta prácticamente en libre un sector delimitado por una diagonal ascendente suspendida en el vacío. Para llegar a ella es preciso escalar un muro típico, hasta un punto donde la lógica lleva a continuar por una vira que poco a poco se desvanece y aparece el paso obligado clave del asunto, casualmente alejado del último seguro. La vía Nenuco representa la otra opción lógica para ganar el sector, en la que también hay que negociar algún paso obligado difícil de asegurar. Las dos rutas confluyen en un último largo inolvidable, donde hay que dar la talla hasta alcanzar el árbol de la cima. Roca aceptable en la vía de Pasqua y algo menos óptima en algún tramo de la Nenuco. Itinerarios exigentes y con pocas repeticiones. Imprescindible carnet de "canaldero".





- La vía Atlanta es una de tantas vías de Canalda donde en un momento dado nos encontramos con un muro exigente que hay que resolver sin protección. Es una de las peculiaridades de esta escuela especialmente dispuesta para ejercitar el dominio y homologar nuestros límites. La ruta arranca por un pronunciado diedro-chimenea propenso a la humedad, que precisa de tiempo seco para escalarlo en condiciones. Una vez en el muro y con las posibilidades de protección escasas, aparece el pasaje clave donde una decisión instintiva descubre el mejor camino entre un sinuoso mar de roca de buena calidad. Pasado esto el resto no tiene más misterio, ofreciendo unos bellos y variados pasajes hasta la cima. Hasta el momento solo se le atribuye una repetición.



- El nombre de Karambola se refiere al rabioso tramo situado a la salida de R3, donde en su apertura se utilizaron un seguido de bolos para progresar en artificial hasta colocar el espit consolador. Aparte de este trámite destacable, esta bonita vía ofrece todo un recital de pasajes y técnicas que la hacen especialmente compleja, exigente y sobre roca de calidad, ideal para familiarizarse con el particular conglomerado de Canalda y descubrir sus grandes posibilidades. Por el momento solo cuenta con una repetición confirmada, resolviendo el tramo clave mediante una carambola diferente, pitonando y gancheando por al lado sin colgarse de los bolos protagonistas por su mayor exposición.



- La vía Supernova es la línea más elocuente que dibuja el Sac del Portaler con diferencia. Una seductora escalada donde cada largo es un mundo aparte y en su conjunto uno de los itinerarios clásicos más representativos de la fachada sur del Montsant. No por ello se trata de una vía muy repetida, sino más bien un selecto objetivo donde hay que dar la talla en sus tres primeras tiradas, destacando un muro de película después de atravesar el jardín y un tramo algo expo a la salida de la R3. El resto hasta la cima es claramente asequible desde todos los ángulos. El descenso a pie se efectúa por detrás mediante un suave torrente que desemboca en el popular Grau dels Barrots, o bien montando 4 rápeles con cuerdas de 50 m tal como señala el dibujo, destrepando por las rampas de la izquierda hasta alcanzar la penúltima reunión. Roca muy buena en general. Puede ser útiles los ganchos si vamos justos en el magnífico muro de 6b, sazonado de los típicos agujeros que presenta esta famosa escuela del Priorat.



- Justo en la última cuesta del Grau de l'Agnet atravesamos una amplia cornisa bajo el Petit Caputxó, donde destacan un característico techo y un marcado diedro más a la derecha con un rastro de viejos tacos de madera sin más referencias. La vía Bagdad Exprés arranca por éste y pronto lo abandona por unos muros de mayor calidad aunque más mantenidos y vulnerables hasta alcanzar el diedro-canal de salida. La gracia del itinerario esta en aprovechar las posibilidades de un terreno favorable sin recurrir a la expansión, mediante una expuesta combinación de libre y artificial con solo un espit de consolación a mitad del recorrido. Roca buena en los tramos más difíciles y aceptable en el resto. A la salida de la vía solo basta con atravesar hacia el E para encontrar el collado por donde transcurre el camino del Grau de l'Agnet.




- La vía Ketama posee una línea súper lógica pero muy contrastada, donde destaca claramente la rabiosa fisura del segundo largo ante el resto de una ruta totalmente sencilla y afable. Un tramo en artificial exigente da paso a la fisura anfitriona cuyas cualidades dejan mucho que desear al aparecer semi-ciega y no permitir protegerse cuando toca. No obstante y con la introducción de algún clavo de consolación, la tirada se resuelve dando el callo y con una dificultad que no aminora hasta el final. A partir de la R2 solo resta escalar un bonito diedro y decantarse hacia la izquierda para salvar cómodamente unas placas asequibles hasta la cima. En todo el itinerario solo encontraremos las reuniones montadas, más un puente y un plomo a la salida de la R1. Roca muy buena en conjunto. Se desconocen repeticiones.



- Como su nombre indica, la vía Sendero Espacial ofrece un portentoso camino entre la verticalidad, gracias a un escenario tremendamente erosionado como se aprecia claramente desde el suelo. La vía descubre lo más asequible evitando los obstáculos que continuamente salen al paso, sin demasiadas posibilidades de protección salvo unos pocos buriles colocados durante su apertura. Inicio por un corto desplome fisurado donde habrá que poner algo para alcanzar un clavo y salir en libre por un marcado diedro sazonado de panzas. En el segundo largo destaca una aérea travesía caminando bajo el techo dominante, que conduce a un exótico laberinto rocoso donde instintivamente hay que proseguir por lo más fácil sin florituras, pues solo existe un buril en todo el tramo. Es curioso observar como en todas las repisas encontramos "bolitas" de cabra que confirman la conexión de las viras con el exterior. Roca buena en una escalada difícil de calificar, pero de las más curiosas de les Moles del Don con diferencia.



- La vía Furia Obrera es la línea más distinguida de la Mola dels Biernets y su ascensión requiere oficio para progresar por un marcado diedro donde su fisura no siempre acompaña. Hasta llegar a ella hay que resolver un zócalo aparentemente asequible de entrada, pero cada vez más difícil y expuesto hasta situarse bajo el techo característico equipado con espits. Una vez en el diedro no hay misterio hasta alcanzar la R4, pero para continuar es preciso efectuar un expuesto rodeo en roca delicada y sin protección, hasta retomar el eje del asunto. Una vez en "El Balcó d'Arnes" solo queda solventar un bonito largo de salida con laja incluida, que lleva al punto culminante y mirador principal hacia el pueblo de Arnes. Desde la cima podemos bajar directamente por detrás al río Estrets, o si queremos más aventura descender por el entretenido barranco de la izquierda mediante algún que otro rápel, pasando por pie de vía.



- La vía Spartaco ofrece un recorrido en chimenea muy elocuente hasta un punto donde desaparece y es mejor continuar por la izquierda siguiendo las debilidades de la pared. Una escalada concebida con naturalidad prescindiendo al máximo de recursos artificiales, donde encontraremos algún espit en reuniones y poca cosa más, lo que le otorga un grado de exposición considerable a pesar de su modesta dificultad. El paso más exigente aparece solo comenzar, para superar un corto obstáculo protegido con un puente de roca a la entrada de la disfrutona chimenea. A nivel de la R2 una evidente vira conduce al siguiente relevo equipado con un arbusto, al pie de unas placas poco verticales pero con un tramo significativo obligado y expuesto. El último largo aprovecha el canto opuesto de la gran laja de la Furia Obrera para salir de la pared. Roca buena en general.



- La vía Paramainou representa un hito de la dificultad en esta entrañable escuela turolense, ya que en sus 22 años de existencia solo se le reconoce una repetición entera y otra al L1 en concreto. A diferencia del resto de los muros de la zona, esta monolítica placa carece de bolos y su roca pese a ser muy buena y monolítica en conjunto, no ofrece demasiado canto. Por consiguiente, su ejecución es un continuo trance con la dificultad añadida de no poder colocar prácticamente nada, salvo los espits que milagrosamente se pusieron en el transcurso de su apertura en los lugares donde se pudo parar para tal efecto. Sin duda alguna el primer largo es lo más exigente de grado con diferencia, aunque en el resto no se puede bajar la guardia a pesar de su dificultad más humana. Sin lugar a dudas uno de los itinerarios más expuestos de la zona qué con toda seguridad nunca llegará a pulirse ni a estar de moda.




- Los Barrufets fueron los primeros en merodear por el Masmut y conquistar lo más significativo antes de publicar el hallazgo. Un esperado articulo en la revista Extrem dio el pistoletazo de salida hacia un lugar mágico y con muchos espolones por resolver. Dos de los situados en el centro del paraje, la vía d'un Temps y la d'en Juni, se abrieron el mismo día por lo que poco rastro quedó en la pared excepto algún que otro buril para marcar las reuniones y poco más. La primera cuenta con una excelente fisura-chimenea de entrada, hasta alcanzar el espolón de la derecha donde claramente disminuye la verticalidad hasta el final. La segunda es algo arrampada salvo un tramo del L3 donde hay que colocar algo artesanalmente para superar el obstáculo. Por lo demás se trata de itinerarios interesantes y muy variados, pero con unas considerables excursiones sin más remedio. Para la primera llevar los friends medianos/grandes en especial, y para el desplome d'en Juni algún clavo corto y alguna falca de madera. Roca buena en conjunto, conglomerado típico de la región. Posible descenso con un par de rápeles por la canal más amplia de la derecha.




- Sant Llorenç del Munt es sin lugar a dudas una de las escuelas claves para dominar la exposición, disponiendo de un conglomerado desde mal fraguado hasta demasiado compacto, que exige de un sexto sentido para homologar correctamente los agarres fuera de los itinerarios clásicos más repetidos que son pocos. La vía Stratosfear acaricia el corazón de uno de los muros más significativos de la Mola utilizando la mínima expansión, recurriendo al libre expuesto y pasos puntuales de artificial, aprovechando las escasas posibilidades de un terreno inhóspito y vertical en todo momento. Una expuesta arrancada sirve de muestra para imaginar de lo que va el tema, y una vez alcanzada la R1, tener la referencia suficiente para resolver dos largos más con una compacta recompensa final. Hasta la fecha solo se le atribuye una repetición por una diestra cordada que la realizó prácticamente en libre, sin saber muy bien a lo que iban, pero consiguiendo el carnet oficial de expogradista...